La primera asamblea de la Asociación Bomberos Voluntarios que se realizó la semana pasada fue fallida. Recordemos: La cantidad de votos no coincidía con la cantidad de votantes. Eso generó dimes y diretes durante varios días y sólo una nueva votación podría arrojar luz a la oscuridad.

Por ello debió convocarse a una nueva votación, que finalmente se concretó este jueves. En medio de un clima enrarecido y por momentos bastante tenso, una veedora de la Dirección de Personería Jurídica llegó a la asamblea. Fue a pedido de la Federación de Bomberos Voluntarios de la provincia. El objetivo: Brindar más transparencia al proceso por el cual se elegirían las nuevas autoridades de los bomberos vialenses. Si el objetivo se logró o no, el tiempo finalmente lo dirá.

Lo primero que hizo al llegar la funcionaria entrerriana, fue aclarar que una de las listas (la encabezada por Pedro Abasto) poseía integrantes que no eran socios de la institución, lo cual generaría indefectiblemente una situación irregular en la entidad local, con las consecuencias legales posteriores que ello acarrearía.

Pero lo más preocupante en todo esto fue la forma en que se trataron algunos de los presentes. Bochornoso.

Párrafo aparte merece la actitud constante de los dos vecinos que encabezaron ambas listas (Ariel Schalpeter y Pedro Abasto). Con aciertos y errores (como los tenemos todos), ambas personas  intentaron hasta último momento llegar a un acuerdo  y formar una lista de unidad. Sin embargo, se chocaron luego con posturas mucho más duras por parte de algunos integrantes de sus respectivos grupos. Quedó cantado: Chau lista de consenso.

Otra vez sopa. Nuevamente echarse en cara cuestiones del pasado y viejas rencillas personales y políticas. Más sopa.

Y dicho con el mayor de los respetos, pero con el derecho que me asiste al ser ciudadano de esta ciudad y socio de los Bomberos: No hacía falta que dos integrantes del Ejecutivo municipal (Weiss y Pérez) levantaran tanto la voz para hablar. No hacía falta, muchachos. Hablando como personas mayores también podemos entendernos. Las diferencias siempre serán bienvenidas y en base a las diferencias podremos crecer. Pero hay formas y formas de decirnos las cosas.

Porque en última instancia, todos somos vecinos del mismo pueblo y todos pretendemos lo mejor para nuestras instituciones. Los errores del pasado merecen ser corregidos en el presente. Una vez que logremos solucionarlos, el futuro siempre, pero siempre, estará un poquito más cerca.

Fabricio Bovier