Matías Olmos, alias Matu, que complicó a los dos imputados por el crimen de Pablo Ledesma, alias Pichi, sigue rebelde. Ayer se lo volvió a buscar infructuosamente en una villa de Buenos Aires.
Matías Olmos, alias Matu, reconoció que fue junto a Cristian Ariel Gutiérrez, alias Pachi, de 33 años, y Juan Ignacio Almada, alias Guacho, de 24 años, a la casa de Pablo Miguel Ledesma, alias Pichi, la noche del 26 de febrero de 2010, cuando ofició de campana para el supuesto robo que los dos imputados habrían perpetrado contra Ledesma.
Por cuestiones que no están claras, Olmos se transformó en el principal testigo de cargos contra Gutiérrez y Almada.
Tanto, que es el único que los ubica en la escena del crimen, puesto que hasta ayer, ninguno de los testigos que declaró en el debate los pudo ubicar en la casa de Ledesma, donde ocurrieron los hechos que terminaron con el dueño de casa asesinado en un brutal ataque.
Ayer, dos testigos, si bien familiares de los imputados, los ubicaron fuera de la escena del crimen en horarios cercanos al hecho.
El primero, de apellido Martínez sostuvo que vio a Olmos, Gutiérrez y Almada, trasladarse en una moto y en una bicicleta. Los dichos son contestes con las versiones defensivas de los imputados.
La segunda fue Sonia Godi, que es cuñada de Gutiérrez. La testigo, que trabaja en el hospital de Viale, sostuvo que la noche del hecho vio llegar a Gutiérrez en su moto.
Godi recordó que lo vio entrar a la casa, que queda a cincuenta metros de la suya, mientras mantenía una discusión con su ex pareja. Incluso recordó que estuvo discutiendo como cuatro o cinco horas, y que pudo dormir sólo una hora antes de entrar a trabajar a las 6, para lo que se tuvo que levantar a las 5.
La testigo aseguró que vio a Gutiérrez entrar a la casa y no volver a salir. Consultada sobre si escuchó quién o quiénes pudieron ser los autores del crimen, Godi afirmó que en Viale «todo el mundo decía que fue Matu Olmos».
Peritos
Horacio Siromski, médico del Cuerpo Médico Forense, que declaró en la primera jornada sostuvo que la data del deceso de Ledesma se fijó 12 hora antes de practicada la autopsia que él mismo efectuó el 26 de febrero de 2010 a las 17.30.
También dijo que las excoriaciones que presentaba Gutiérrez en la mano, el pie izquierdo, no eran compatibles con las severas lesiones que recibió Ledesma en la golpiza, previa al estrangulamiento con una remera que le causó la muerte por asfixia. Siromski revisó a Gutiérrez la mañana del 28 de febrero de 2010, cuando señaló que las lesiones presentaban una evolución de 48 horas.
Ayer, sus pares del Cuerpo Médico Forense, Luis Moyano y Walter Aguirre, sostuvieron posiciones contrarias.
Ambos convergieron en cifrar la data de la muerte entre 15 y 20 horas antes de la realización de la autopsia.
Tras explicar que la bibliografía en la temática es profusa y difiere de autor en autor, también señalaron que las lesiones que presentaba Gutiérrez podrían ser compatibles con las que presentaba Ledesma.
Incluso Aguirre arriesgó que «si Gutiérrez estuvo en el lugar del hecho me atrevo a decir que las lesiones son compatibles» ante lo que la fiscal le aclaró que lo que se trataba de determinar es si los imputados estuvieron esa noche en la casa de Ledesma.
Elvio Garzón, vocal del Tribunal presidido por Elisa Zilli, e integrado también por Ricardo Bonazzola, interrogó a Aguirre en relación a una frase de su testimonio en la que deslizó que en la sumisión de Ledesma, que fue inmovilizado fuertemente de pies y manos con una soga, pudo intervenir más de una persona.
El galeno respondió que era una hipótesis, puesto que por las lesiones que tenía la víctima, y habida cuenta que no se sabe qué pasó antes de que se quebrara su resistencia, se podía presumir que fue una o más personas.
Olmos no compareció aún en el juicio pese a estar debidamente notificado. Se sabe que dejó Viale a los pocos días del crimen y no se lo volvió a ver.
Desde el lunes, una delegación de la Policía de Entre Ríos lo busca en la Villa 1-11-14, el último lugar de residencia que aportó en la Justicia.
Ayer, los efectivos volvieron a ingresar en la villa para dar con él. Al cierre de esta edición continuaba sin aparecer.
Garzón le preguntó a Aguirre cómo se encontraba antes del deceso una persona que presentaba un porcentaje de alcohol en sangre de 1.85 gramos, que es el índice que registró Ledesma en la autopsia.
El médico respondió que el porcentaje debía relacionarse con numerosas variables vinculadas a las condiciones físicas de cada persona, aunque reconoció que «según los textos con esos valores no podría moverse».
Antes dijo que el porcentaje es el tercer período, «de ebriedad completa». La pregunta fue dirigida en función de que el forense opinó que pudo existir una riña antes de que Ledesma fuese inmovilizado.
Fuente: El Diario