El Intendente electo de Viale, Uriel Brupbacher, brindó algunas definiciones sobre la relación con la gestión Urchueguía y sobre lo que pide la gente por estas horas.
-¿Hay tensión en esta relación entre la gestión que ya se va y la que llega?
-Lógicamente que existe una tensión, porque se sienten mucho más observados. Si bien nosotros, desde el Concejo Deliberante, veníamos haciendo pedidos de informe, en esta oportunidad no pueden esquivarle al bulto. No les queda otra que responder o dar la información, u ocultarla. Pero la podrán ocultar hasta el 10 de diciembre, porque nosotros a partir de esa fecha la vamos a buscar. Y eso genera cierta tensión, pero entiendo que se va a ir descomprimiendo a medida que vayan pasando los días y sepan que esto no va a ser una cacería de brujas, sino solamente un control de lo que vamos a recibir.
-¿Qué les pide la gente en éste momento?
-Los vecinos nos piden que comuniquemos todo. La gente demanda trabajo y, aunque parezca extraño, nos piden que se publique todo; que hagamos transparente la gestión. «Cuando ustedes asuman, difundan todo», es lo que nos dicen. Ese fue un compromiso de campaña y pensamos llevarlo a cabo, publicando cada uno de los actos de gobierno.
La gente votó al cambio; votó una forma distinta de ser gobierno, y votó también esta necesidad de que digan en qué se gasta y cómo se gasta.
-¿Cómo te ves encabezando la gestión municipal?
-No puedo negar la sorpresa y la impresión que me da ingresar al despacho del Intendente, a sabiendas que ese lugar lo ocuparé a partir de diciembre; esa es una impresión que me genera cierto impacto. Pero lo que me deja tranquilo es conocer la gente que me rodea y eso me da garantía de que vamos a dar lo mejor de nosotros. Aquí no hay ningún iluminado. Si bien yo soy el que tiene última palabra después de que los Directores de cada área me presenten los proyectos, lo único que diré es si me parece bien o no, pero todo el desarrollo de cada área ya lo delegué en los futuros Directores.
En lo personal, uno siempre va aspirando a una cosita más; el cura quiere ser obispo y el obispo quiere ser Papa. Uno siempre va aspirando a una cosita más. Hoy, la ciudad me premió con el lugar que buscaba cuando yo desarrollaba mi tarea como concejal.
(La entrevista completa se publica en la edición papel de NuevaZona)