Una denuncia formulada ante la Dirección General de Fiscalización Agroalimentaria y Recursos Naturales, activó una sigilosa investigación de la Dirección Prevención Delitos Rurales – Brigada Abigeato Paraná. La misma logró reunir indicios probatorios suficientes como para que la justicia autorice sendos procedimientos, que se materializaron en la mañana de este viernes.

Los resultados fueron contundentes. El Jefe de la Brigada, Leandro Peralta, precisó a FM Estación Plus Crespo: «Ante la presunción de la tenencia en cautiverio de aves y animales de la fauna autóctona, con la anuencia judicial se llegó hasta un establecimiento rural, ubicado en el ejido de Crespo -orientación hacia Boca del Tigre-,  donde fue notificado el propietario y al inspeccionar el inmueble se constató la existencia en grandes cantidades de aves y otro animales como guazunchos, ciervos axis, carpinchos y ñandú».

El responsable de la finca resistió en primera instancia el procedimiento, que igualmente fue llevado a cabo por tratarse de un mandamiento judicial. En cuanto a los argumentos esgrimidos, el funcionario comentó: «Este hombre manifestó que tendría intenciones de generar un refugio para animales, cuando los mismos son chocados o por otros motivos resultan con lesiones, y finalmente reinsertarlos en su hábitat natural. A la fecha, no cuenta con los permisos y las habilitaciones del organismo provincial competente, por lo que fue emplazado para que regularice la situación, sin perjuicio de que la justicia pondere su responsabilidad».

Un segundo procedimiento se desarrolló en Barrio San Lorenzo, sobre lo cual Peralta indicó: «Luego de una investigación de varios meses, que incluyó tareas de vigilancia en autos particulares, entrevistas con eventuales contactos y demás indicios recabados, se pudo establecer que se estaba llevando a cabo la comercialización de aves silvestres de nuestra fauna autóctona. Las operatorias se realizaban tanto a nivel local como también a mayor escala geográfica, por lo que se llegó con la orden de allanamiento y requisa domiciliaria. Efectivamente se hallaron unas 70 aves enjauladas».

Los números de la nómina de secuestro son reflejo de la dimensión de la intervención practicada en Crespo y zona, este 23 abril. «Se actuó sobre el rescate de 250 a 300 aves. Se secuestraron cardenales amarillos -especie que se encuentra en peligro de extinción-; jilgueros dorados; cabecita negra; juan chiviros; cardenales colorados; reina mora; zorzales colorados; zorzales blancos; martinetas; patos siriri y patos pampas. También se constató la existencia de tres virachos hembras, dos ejemplares de ciervos axis hembras, una yunta de ñandu y dos ejemplares de carpinchos hembras», precisó Leandro Peralta. 

Al margen de las horas que demandan este tipo de diligencias, cabe mencionar que el volumen es un aspecto no menor en términos de traslado. El Jefe brigadista sostuvo que «algunos ejemplares fueron dejados en Tenencia Provisoria, para que permanezcan en el campo hasta tanto se resuelva a la brevedad la logística para ser trasladados a un lugar adecuado y autorizado por la justicia. Los secuestros de aves enjauladas en domicilio, fueron puestos en cuarentena y en forma progresiva serán pasados a jaulas más grandes para monitorear su adaptación. Luego se desparasitan y son liberadas a su hábitat natural».

Los especialistas que formaron parte de los operativos explicaron que «el destino a un Centro de Cuarentena y Rehabilitación, permite que al ser colocados en grandes jaulas ‘voladoras’, los pájaros logran recuperar su musculatura para el vuelo a cielo abierto. Asimismo, se garantiza que hayan incorporado otras aptitudes para el desarrollo de su vida en condiciones de libertad. La liberación se hace campo adentro, teniendo en cuanta las poblaciones residentes, para lo cual se hace un trabajo previo. Por ejemplo, ver si la cantidad de machos y hembras es similar, si son lugares con la vegetación adecuada a la especie y donde ya se ha hablado con productores ganaderos que están comprometidos con el ambiente, para que no permitan la captura ilegal de estas aves en sus campos y ante sospechas, reporten automáticamente a la Brigada Rural Paraná».

La tenencia ilegal, captura y comercialización de animales silvestres, vedados o prohibidos por la Autoridad Jurisdiccional, es un delito en el marco de la Ley Nacional de Fauna -Ley N°22.421- y una infracción para la Ley Provincial de Caza N° 4841, la cual prevé severas multas. A ello se ajustaron las actuaciones practicadas por los brigadistas en Crespo y su ejido.

El funcionario hizo saber que «las personas individualizadas promedian los 60 años de edad, no presentando antecedentes en este tipo de tipificación». El avance de las actuaciones permitirá determinar si existe vinculación entre un escenario y otro de los allanados.

«Entre todos intentamos realizar el mejor trabajo posible para que estas especies no desaparezcan del monte, como consecuencia del egoísmo humano», dijo Leandro Peralta, denotando compromiso con su labor de poner a resguardo de los animales que requieren de especial protección. Asimismo, agradeció a quienes en forma anónima y desinteresada colaboraron con la investigación o hacen llegar datos de interés a la repartición a su cargo.

(FM Estación Plus)