El primer día que la Banda de Música Municipal de Viale presentó el Himno nacional, quien lo cantó fue el Negro Enrique.
Popular y querido personaje de Viale, el Negro está desde el primer día en la banda, cuando se conformó allá por 2005. Y fue el acto del 25 de mayo de ese año (día de la presentación oficial), cuando se entonó por primera vez el Himno al que le puso su voz.
Decir que en su vida ha hecho y hace de todo, suena a poco. Repasemos: Es profesor de folclore, fue futbolista, atleta, taxista, remisero, y hasta toca seis instrumentos musicales, entre otras actividades.
“Tiene una característica particular: todo lo que se propone, lo hace y con mucha perseverancia”. Quien lo cuenta es Leo, su hijo.
Hace exactamente 37 años, protagonizó un gravísimo accidente laboral mientras se desempeñaba en la Compañía Telefónica. Tuvo muerte cerebral. Los médicos ya no le daban expectativas de vida. Fue luego de quebrarse un poste en Paraná. Como no pudo desabrocharse el cinturón, cayó de cabeza al pavimento.
Sin embargo, y pese a todo pronóstico, a los quince días despertó. Le quedaron secuelas en su movilidad hasta el día de hoy. Pero, y pese a todo, prácticamente puede hacer una vida normal.
Es que el Negro jamás aflojó. Nunca se dio por vencido. Es un hombre muy creyente, y “todos los días, al levantarse, se encomienda a Dios y así inicia alegre a su jornada”, explica Leo.
El Negro ama la Banda de música, ama tocar la guitarra, trompeta, quena, charango, bombo, armónica, entre otros instrumentos, así como también a Viale FBC y a su pueblo. Le encanta escribir historias y poemas. Un dato que refleja su pasión por la música: ha escrito en total 200 canciones.
Darío Siebenlist, Director de la banda, contó que muy pocas veces falta a los ensayos. “Es una persona muy responsable y querida. Siempre tiene historias para compartir y le encanta asistir a las presentaciones que hacemos en diversos pueblos de la provincia”.
El hombre, para llegar a los ensayos, mueve cielo y tierra. A veces viene en su propio auto, y si no puede, siempre consigue a alguien que lo lleve. Incluso ha hecho dedo para trasladarse, pero nunca falta.
No sabíamos como cerrar esta nota. Pero el lunes lo encontramos al protagonista de este informe, y nos dijo: “Mi vida es música y la música es mi vida”. Palabra del Negro Enrique. Más claro, imposible.
(Fabricio Bovier)