Aparecieron durante cuatro días en plazas, plazoletas y espacios públicos de Viale. Hubo adolescente que se detuvieron a tomarle fotos con sus teléfonos. Algunos niños aprovecharon a comparar su altura en relación a las imágenes. Y varios adultos se preguntaron el posible motivo de aquellos cuerpos figurativos.
Para nadie pasaron desapercibidas. Tanto niños, como jóvenes y adultos se preguntaron el por qué de esas extrañas esculturas ubicadas en lugares centrales y concurridos, como la plaza principal o la Avenida San Martín.
Hoy, finalmente, pudimos conocer el origen del particular enigma.
Se trató de una intervención artística denominada: “Desvanecimiento de la materia”, perteneciente a Daiana Dalinger, y correspondió a un proyecto final de la cátedra Seminario de la Producción Artística del Profesorado en Artes Visuales.
Dicha intervención constó de tres cuerpos figurativos escultóricos, cuyo mayor tamaño es de 1.60 metros de alto. Realizados con materiales vulnerables, es decir materiales que pueden sufrir algún cambio o pérdida. Entre ellos hierros y alambres oxidados, pasta de papel higiénico y telas delgadas.
“Comencé observando cómo en nuestro entorno lo que nos rodea sufre pérdidas y cambios en su estructura con el paso del tiempo; podemos ver huecos, rasgaduras, óxido, humedad y el humano o cualquier otro ser vivo no escapa a ello, el paso de la niñez a la adultez y vejez son muestras de ello. Esas variaciones en la condensación de la materia, en sus colores, en sus texturas que se rasgan, rompen, y sangran. Hieden. Son las que me interesan. Esa vicisitud que tiende hacia lo efímero, hacia el desvanecimiento inevitable de cada cuerpo”, escribió la autora en su proyecto.
Según explicó Daiana, “la intención de hacer una intervención en la vía pública fue la de poder captar mediante medios digitales las múltiples reacciones, lecturas o reflexiones que pueden tener los espectadores ante un objeto en potencia de destrucción”. Y lo logró.
“Quedé muy conforme con la repercusión”, señaló la artista.
Hubo gente que llamó al Municipio para consultar si se estaban colocando nuevas esculturas. Otros decidieron fotografiarse junto a ellas. Muchos subieron las imágenes a sus redes preguntando cuál sería el motivo de esos cuerpos figurativos.
Hubo repercusiones diversas y muy variadas.
Pero para nadie –absolutamente, para nadie- la intervención pasó desapercibida. Sin dudas.



