Un joven comenzó con un taller de panadería en la Residencia de Jóvenes Roque Sáenz Peña. Este domingo pudo dar a conocer sus productos. El resultado fue más que positivo. Y ahora va por más.
Nicolás siempre tuvo un sueño: Poder llegar a su emprendimiento propio. Y más allá de numerosas dificultades, hoy está en camino para lograrlo.
Nico vive en la Residencia de Jóvenes Roque Sáenz Peña (el «Hogar del campo», como se le dice normalmente a la institución).
Hace casi dos meses, comenzó un curso de Panadería en la Casa del Joven de la capital entrerriana, lugar al que viaja semanalmente.
Este domingo, el joven pudo dar a conocer lo que hace. Con el apoyo de Miguel Molina y César Sosa junto a otros integrantes de la institución, Nicolás llevó varios pancitos a la plazoleta «Ricardo Balbín» (popularmente, conocida como «Bienvenidos») y la respuesta no se hizo esperar. En pocos minutos, logró vender, con el apoyo de otros jóvenes de la Residencia como Daniel, Carlos, Leonardo y los dos Exequiel, toda la producción del incipiente emprendimiento.
En apenas media hora, la mesa de exhibición que habían armado en la esquina de la plaza quedó totalmente vacía.
Automovilistas y peatones se llevaron en unos minutos todas los paquetes de pan especialmente preparadas para la ocasión.
«No sabíamos si hacerlo, ya que teníamos algunas dudas. Pero por suerte nos decidimos y la venta anduvo muy bien y el resultado está a la vista», contó Molina. El directivo de la entidad también sostuvo que se trabaja para que los jóvenes como Nico puedan lograr insertarse en el mundo laboral o comenzar con su propio emprendimiento.
Quienes también colaboraron con la iniciativa fueron los jóvenes de la Iglesia Evangélica Bautista Betania, quienes al enterarse de la movida la apoyaron de inmediato.
A partir de esta positiva experiencia, Nico y su grupo ya están pensando en los próximos fines de semana. Posiblemente, otra vez vuelvan a ofrecer el exquisito pan en puntos estratégicos de la ciudad.