El trabajo en salud integral del adolescente plantea, para la provincia, distintas estrategias de abordaje. El eje principal es la capacitación y, en ese sentido, la especialista Diana Pasqualini consideró en su paso por Paraná que “lo más importante es formar a pediatras, generalistas y médicos de familia para que se armen equipos facultados para brindarles la mejor atención”.

La médica pediatra Diana Pasqualini, coordinadora de las áreas Clínica y Docencia en el servicio de Adolescencia del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires expuso en Paraná sobre el abordaje integral del paciente adolescente. La instancia formativa se refirió a la atención de la salud adolescente, de manera transdisciplinaria.

En la disertación, Pasqualini dejó en claro que el trabajo en consejería, no implica dar consejos. “Cuando uno está hablando con adolescentes y se plantean dudas con respecto a cómo seguir, uno le puede decir: seguí este rumbo que es el más fácil y adecuado. Pero no, uno tiene que preguntarle: cuál es el camino que querés hacer y en lo que decidas, te acompaño”. Y agregó que las modificaciones en el comportamiento del adolescente se dan de a poco, lo que “exige un vínculo muy fuerte, un trabajo interdisciplinario e intersectorial con los padres y docentes, no sólo con profesionales de la salud”. En ese sentido, reflexionó: “La comunidad entera tiene que brindar contención a los adolescentes”.

Quien escribió junto a Alfredo Llorens “Manual de adolescencia y salud” y “Salud y bienestar de adolescentes y jóvenes: una mirada integral” habló del desafío de trabajar con y para los adolescentes hoy. Esto implica no sólo tratar la salud adolescente y fomentar la prevención, sino también instruir y formar equipos de atención.

“El adolescente es muy ruidoso, grita, actúa mucho y eso llama la atención de los adultos. Al hacerlo está convocando a que lo ayudemos, es cuando se da cuenta que: no quiere depender totalmente de los papás, quiere tener su propio mundo y todavía no lo puede tener independientemente y cree que el mundo se puede modificar y es fácil hacerlo. Entonces reclama que el mundo sea mejor —reflexionó Pasqualini—. Los adolescentes pueden pensar en utopías y el bienestar de la gente porque no han sido frustrados por la burocracia y las trabas que le pone el mundo. Cuando uno aprende a escucharlos ya no los puede dejar de acompañar porque dice: bueno, yo quiero lo mismo que ellos quieren”.

Desde el perfil formador y capacitador, quien forma parte de la Sociedad Argentina de Pediatría y del Comité de Estudio Permanente del Adolescente (CEPA) en la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), valoró que “desde salud lo más importante es capacitar a pediatras, generalistas, médicos de familia y todas las disciplinas relacionadas con la atención del adolescente para que se armen equipos facultados para brindarle a aquellos la mejor atención”.

Ante la consulta de la fuerza de la violencia, la autoagresión y las adicciones, entre otras problemáticas que influyen en la conducta de los adolescentes, Pasqualini no dudó en decir que “lo más pesado para sostener es la carencia de hogar”. Entonces, “cuando hay adolescentes que no tienen padres presentes y no tienen un hogar que sientan como propio, es muy difícil para el profesional poder ayudarlos”.

“A nivel de la comunidad y el país, hay que trabajar muchísimo para que la gente adulta tenga un trabajo digno y bien remunerado y los chicos tengan una educación adecuada; que los docentes acompañen no solamente a los niños sino a las familias para poder reeducarlos y así armen un proyecto de vida”, puntualizó la profesional, que desde 1979 trabaja en la atención de la salud integral de los adolescentes. “Más que la conducta violenta del adolescente pesa muchísimo más la actitud violenta de la comunidad hacia el adolescente, cuando no le ofrece oportunidades para ser mejor las cosas”, concluyó.

Entre Ríos

El 18 por ciento de la población entrerriana es adolescente. La cifra fue expuesta por la responsable del Programa Salud Integral de las y los Adolescentes, Romina Spoturno, durante las VII Jornadas Interdisciplinarias del hospital San Roque, organizadas desde hace 14 años por el Comité de Docencia e Investigación del nosocomio.

En la oportunidad Spoturno resaltó que “trabajar en la salud integral adolescente –de 10 a 19 años– implica no sólo un cambio de paradigma sino un proceso de vida involucrando a niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos”.

También destacó la adhesión del país a pactos internacionales que protegen los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes tempranos (10 a 13), medios (14 a 16) y tardíos (17 a 19). Y que “el abuso sexual infantojuvenil, la violencia, el suicidio, son motivos de consulta médicos en guardias de hospitales y centros de salud, dado que corresponde garantizar un abordaje integral y no la revictimización”.

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