Esteban Wollenberg, titular del gimnasio Doble V de nuestra ciudad, se refirió a numerosos comentarios y versiones acerca de su emprendimiento.

Aquí reproducimos las palabras de dicho Profesor:

“Por medio del presente comunicado quiero aclarar un poco los tantos. Se ha puesto en boca de muchas personas mi nombre y el de mi emprendimiento sin tener conocimiento sobre cómo fueron las cosas. De hecho el 90% de lo que he leído y escuchado es mentira, pero bueno, todos sabemos cómo funcionan los chismes. Pero no quería dejar pasar la oportunidad para yo también hacer mi descargo, ya que estas últimas semanas no han sido nada fáciles para mí y mi familia.

Esperé a este momento para hacerlo justamente porque lo primero que me importaba era la salud de mis amigos, porque si, quien trabaja en mi gimnasio y se contagio de Covid es mi amigo, como así también las dos personas que son alumnos y dieron positivo. Siendo que en pocos días estos últimos gracias a Dios serían dados de alta, procedo a comentar como fue el accionar desde mi lugar y mis colegas que trabajan conmigo al mínimo aviso de que esto podría haber sido lo que terminó siendo y tratando de prevenir el desastre que podría haber ocurrido.

Desde el primer momento el gimnasio se cerró por un lapso de 14 días (recién el jueves 20 abrimos); días que además estuvimos aislados yo y mi familia solo por precaución, sin siquiera haber tenido contacto estrecho, pero creímos que era una cuestión de responsabilidad civil. E inmediatamente se brindó toda la información al área de epidemiología sobre los posibles contactos, como así también cada profesional del gimnasio fue avisando uno por uno a sus alumnos para que en caso de haber estado en contacto se aíslen y de no ser así, extremen las medidas de seguridad.

Lamentablemente hubo un contagiado de contacto estrecho, tan estrecho que comparten fuera del establecimiento y también hay probabilidades de que el contagio haya ocurrido fuera y la otra persona al momento no se sabe desde donde pudo contraer el virus, pero si, iba al gimnasio.

En fin, lo cierto es que se especularon muchas cosas, demasiadas, y eso molesta mucho porque quien va al gimnasio sabe las medidas que tomamos, como llevamos adelante el protocolo (y miren si será efectivo que de 60 posibles contagios o más, hubo dos que pudieron o no contagiarse dentro.)

Creo que estamos padeciendo un peor mal que este virus que nos tiene a todos en vilo y es la estigmatización, la falta de empatía y solidaridad para con el prójimo. Nadie se contagia porque si, nadie abre un local para contagiar a la gente como dijeron por ahí, ¿en qué cabeza cabría una idea semejante? Al trabajar uno también está expuesto y expone a su familia, pero hay que hacerlo por necesidades económicas y en mi caso también psicológicas.

Las medidas llevadas a cabo, repito, pueden preguntarle a cualquier alumno del gimnasio y les dirán cómo fueron y son hoy en día. Las medidas tomadas ante la mínima sospecha de un positivo fueron las que eran pertinentes.

Ahora bien, todos aquellos que juzgan a los demás de como deberían hacerse las cosas, ¿hacen las cosas estrictamente como se debe? Es decir, ¿nadie salió cuando no se debía? ¿Nadie se reunió en lugares públicos o privados cuando eso no estaba permitido o era inseguro?

Quien pueda responderme esa pregunta sin estar en falta, no tengo problemas, que nos juzgue. De lo contrario los demás tuvieron suerte, suerte de no contagiarse. La misma suerte que tuvo toda esa gente que se ha aglomerado en el acceso a la ciudad y juzgan a un chico por festejar un cumpleaños. La misma suerte que tuvieron todos aquellos que en época de cuarentena estricta abrieron sus locales sin tenerlo permitido. Creo que es momento de ser autocríticos y reconocer que nadie está exento, nadie está vacunado y nadie es inmune. Deberíamos todos comprometernos a cuidarnos y no echar culpas a un gimnasio o a una fiesta de cumpleaños (que hubo centenares en estos días de cuarentena)

Las medidas en el local están dadas para que el protocolo se lleve a cabo, pero no depende solo del gimnasio o de mi y de los demás profesores, sino que también de las demás personas, si en el gimnasio nos cuidamos pero después salimos a tomar mates a la plaza con alguien que no convive con nosotros, no tiene mucho sentido.

Hagamos un mea culpa todos y entendamos que nadie es inmune, pero si podemos ser buena gente.

Agradezco a quienes se hicieron presentes con mensajes de aliento y preocupación por mí y mi familia, como así también por mis amigos infectados, nosotros tuvimos la suerte de no contagiarnos. Pero vuelvo a repetir, no estamos exentos, hay que seguir cuidándonos, ¡todos!”