Comenzó en octubre de 1991, cuando descargaron poco más de 3 mil pollitos para la firma Sagemüller SA de Crespo.

Las instalaciones eran muy rudimentarias: un galpón de 30 x 10 metros, horno a leña, alimentación a mano, tanque de mil litros y un motor de 1 HP. No mucho más que eso.

Pero aquel equipamiento mínimo contaba con un plus fundamental y que no se mide en metros: las ganas de trabajar, crecer y progresar.

Así fue como la familia Hollmann, jornada tras jornada, fue dando pequeños pasos. Y se sabe, los pasos -por pequeños que sean- permiten llegar a destino. Siempre.

Ubicada en la zona rural a 6 kilómetros de Seguí, Granja Don Juan fue creciendo despacito pero a ritmo firme.

Desde hace cuatro años, el establecimiento realiza el servicio de crianza para la empresa Eduardo Stertz e Hijos SRL. La firma vialense los apoyó desde el minuto cero, tal como reconoce el propio Orlando Hollmann. “Agradezco el apoyo de gestión, ayuda económica y contención de Cristian Stertz, Agui y de todos quienes trabajan en esta firma”, explicó visiblemente emocionado el titular de la granja seguiense.

Hace pocos días, el establecimiento inauguró su séptimo galpón con calefacción central, comederos automáticos, extractores, bebederos niples y silo de importante capacidad. “Con gran orgullo, hoy podemos decir que somos un integrado con capacidad de 150 mil pollos de la empresa Eduardo Stertz e Hijos SRL. Todos quienes trabajamos aquí, pasamos a tener una mejor calidad de vida”.

No hay mucho más que agregar a las palabras de Don Orlando. El hombre demostró -junto a su esposa Silvina y sus hijos Rocío y Matías- que el esfuerzo familiar, sumado al apoyo de una firma como Stertz, dan sus frutos. Siempre.