El Presidente de la Filial de Federación Agraria en Viale habló sobre la movilización que se realizó días pasados por el pésimo estado del camino, unos 80 kilómetros, que une Viale con la localidad de Macía. Criticó duramente al gobierno. Señaló que es un problema de décadas y que no puede ser que autoridades del gobierno se hicieran presentes luego de una movilización en la Ruta N° 32 después de las últimas lluvias. Apuntó a la conformación de consorcios camineros para una rápida y positiva respuesta a la vieja problemática de los caminos.
El tramo en cuestión atraviesa tres departamentos, Paraná, Nogoyá y Tala, hace un año y medio que está intransitable. Además de los campos lecheros, ganaderos y avícolas, hay siete escuelas, hay un club social y un centro de salud.
Gustavo Nani, productor mixto, dijo que «la movilización fue espontánea, un reclamo de larga data. No es que llovió y los productores salimos. Hace mucho tiempo que estamos pidiendo a los responsables de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) que se hagan cargo del camino de ripio. Que se recupere y mantenga el mismo porque parece que en estos tres años de sequía no tuvieron tiempo. Llegaron las lluvias y la gente no pudo transitar. El camino tiene una longitud de 80 kilómetros aproximadamente con escuelas, centros de salud, explotaciones de todo tipo. La gente que vive o se traslada a esa zona no pudieron hacer uso de un camino enripiado que en los últimos años no se le han efectuado trabajos de mantenimiento, ni hablar de reposición de material”.
Sobre el reclamo dijo que la “gente se convocó en la Ruta N° 32 en lo que es la entrada a Viale y a ese camino “enripiado” al que luego se acercaron representantes de Vialidad, quienes se comprometieron con tres zonales (Seguí, Nogoyá y Cerrito) a mejorarlo, hasta que saliera el Crédito Andino que haría la trama vial desde Viale hasta Macía”.
Dijo que “cuando no se mantiene un camino de estas características lo que se va es la piedra, el canto rodado, y lo que queda son pozos a los que se los tapa con tierra en un arreglo transitorio que dura poco y nada, máxime cuando llueve, como pasara en los últimos días.”
Señaló que la “transitabilidad se complicaba cada vez más con las precipitaciones, aunque vale destacar que, sin lluvias, en plena sequía, buena parte del tramo mencionado se circulaba en segunda, tercera y hasta en primera marcha por los cráteres que obligaba frenar una y otra vez, circulando con extremo cuidado para no romper nada. Lejos de transitar a una velocidad normal”.
Dijo que “cuando se plantea un desarrollo territorial, cuando se pretende que las poblaciones no se concentren tanto en los grandes centros urbanos y que el arraigo rural se mantenga, es vital contar con una buena comunicación y caminos. Esto no es nada nuevo. Quienes nacimos en el campo y vivimos en el mismo, sabemos de lo que estamos hablando. Cuando no se podía transitar, salíamos hasta la ruta caminando o a lomo de caballo. Los problemas están desde hace mucho tiempo y oh casualidad, luego de una convocatoria de los productores aparecen los funcionarios de turno para ver que se puede hacer. Y uno se pregunta ¿Qué se necesita para que la DPV, el gobierno provincial responda a la gente con obras largamente reclamadas?”
Recordó que desde la filial Viale de Federación Agraria, “hemos estado impulsando los consorcios camineros para que el productor, o el frentista del campo se haga cargo de los tramos viales. Ya se ha conformado uno que es el Consorcio de Quebracho. Por otro lado, los consorcios que llevan tiempo trabajando en la provincia, con maquinarias más viejas, mantienen mejor los caminos que Vialidad Provincial, organismo que cuenta con un fondo tremendo y mayores recursos. Está clarísimo que la parte privada funciona muchísimo mejor que el aparato estatal. Es más eficiente y menos costoso. Y los ejemplos están. Córdoba se maneja por consorcios y tiene una federación que los nuclea. Lamentablemente en Entre Ríos no hay una ley que ampare los consorcios y tenemos una Dirección Provincial de Vialidad que no responde las necesidades que presentan los caminos rurales”
Sur Entrerriano
Las lluvias desbordaron caminos y arroyos dejando al desnudo las falencias del Estado provincial en materia de caminos rurales.
Las lluvias fueron intensas. Duraron, con intervalos, tres días y sirvieron para recuperar aguadas y arroyos que estaban literalmente secos o con un hilo de agua. También para recuperar campos agrietados en un elevado porcentaje. Las precipitaciones indicarían el inicio de un año con lluvias recurrentes y hasta excesivas; después de tres largos años de sequía. Se pasaría de un extremo al otro. En materia de pasturas se han recuperado, parcialmente, aunque las heladas están al caer y esto no es beneficioso. En materia de agricultura, mucha gente sembró trigo con la esperanza de que las lluvias arriben. Un número importante lo hizo con un perfil de suelo que no contaba con la humedad necesaria. Ahora con el alto milimitraje registrado en vastas zonas habrá que ver cuál es la suerte del cereal. Será cuestión de ver las zonas y los lotes.
Los Caminos
Volvemos a un tema remanido, cual es el de los caminos rurales, los de la producción como los denominara un gobernador con razón, aunque dicho mandatario y los que los sucedieron, poco y nada hicieron para mejorarlos. Salvo los accesos a las ciudades o localidades donde los votos pesan en las urnas. Y está bien que se hagan esas obras. Sin embargo, no hay que olvidarse del Entre Ríos profundo, el que pocos miran, en el que se producen alimentos, en donde el productor, sea cual fuese el rubro, trabaja a cielo abierto sujeto a los caprichos del clima que como se sabe, suele ser muy cruel.
Las precipitaciones dejaron al desnudo, una vez más, la ineficiencia del Estado a la hora de mantener y mejorar los famosos caminos de la producción que se transformaron en arroyos, en donde era más factible transitar en un bote que en un vehículo, como en el camino de Alarcón, a pocos kilómetros de Larroque, y tantos otros. Las lluvias que cae en los campos, especialmente en zonas con superficies quebradas terminan en un arroyo o en un curso de agua que, recordamos, por la sequía estaban secos, pero también caen en caminos que al no tener los desagotes necesarios, las alcantarillas sucias, terminan en cursos de agua hasta que la mismo escurra. Fueron tres años de silencio en materia vial en el campo. Los pantanos o zona de pantanos nunca dejaron de estar, pero claro estaban secos y nadie le prestaba atención. En este contexto los consorcios viales toman más fuerza, conduciendo los caminos a Córdoba donde se trabaja de esta manera. En el departamento funcionan, pero los mismos según fuentes confiables, reciben las partidas de dinero con un atraso considerable para hacer frente a las obras con una maquinaria que no da más. No será tiempo de replantear el funcionamiento de la Dirección Provincial de Vialidad. Estimular los consorcios viales. Que los mismos sean controlados por personal profesional de la DPV y que los mismos productores que pagan la carga tributaria más alta del país se hagan carga con las herramientas acordes a las labores a realizar. Llega el invierno con la crudeza que lo caracteriza. Los días son más cortos y los caminos, en algunos casos, no secan.
Otro problema es el del desarraigo rural. Queda, por este problema, y otros, muy poca gente viviendo en el campo, salvo familias que apuestan a este estilo de vida, ganaderos, tamberos que requieren de gente en el lugar y alguna que otra granja de pollos. Antes, el costado de los caminos estaba limpio, pero desde hace un tiempo a esta parte se ha llenado de árboles y vegetación que impiden que, en determinados horarios del día, el sol de en el camino.