Como José Domingo Pérez pocos lo conocen. Pero al decir Puchi, de inmediato uno cae en la cuenta de quién estamos hablando.

Después de 47 años de servicio en la administración pública, llegará en poco tiempo más la jubilación para este hombre que ha sido durante décadas una de las caras más visibles del Registro Civil de Viale.
Puchi ingresó en la administración pública en noviembre de 1.969, pero administrativamente se tomó en cuenta a partir de enero de 1.970, cuando tenía tan sólo 17 años. Su primera tarea fue como Mensajero en Telecomunicaciones de la Provincia. De allí fue atravesando diversas etapas, hasta llegar a Encargado o Jefe.

Sin embargo, en 1.983 se cerraron las oficinas del organismo en gran parte de la provincia, entre ellas la de Viale. Por ello fue trasladado a una oficina de telefonía que funcionaba por entonces en el antiguo edificio de la Terminal de Paraná.

En 1987 regresó a Viale, pero ya a la oficina del Registro Civil. Al año siguiente, Pérez fue nombrado Segundo Jefe, cargo que conservó desde entonces y hasta la actualidad.
«Si bien en numerosas oportunidades cubrí la Jefatura, nunca tuve la intención de ser el Jefe. Fue por eso que cuando surgió la vacante, elevé una nota al Director, dándole a conocer que no me haría cargo de la Jefatura, dando mis razones personales y que fuera interpretado por él», explicó Puchi en diálogo con NuevaZona.

«Se sabe que los empleados somos la carta de presentación de la repartición, y siempre traté de dar una solución a los problemas planteados, orientando al ciudadano en busca de dar una respuesta correcta. Seguramente, no siempre se puede satisfacer a la gente, por eso uno hace un balance y lo divide 50 y 50, entre positivo y negativo», señala el hombre.
«Tengo muchas satisfacciones a lo largo de estos años. He pasado todos los estados humanamente hablando, pues estar frente al público te genera eso. Pero gracias a Dios, me siento orgulloso con el deber cumplido», aclara.

Cuando uno le pregunta por la sensación que representará despedirse de un lugar de trabajo después de casi cinco décadas, reconoce que «será difícil dejar la oficina». «Buena parte de mi vida, se escribe entre lo particular y lo público y cuando una etapa se termina hay que ser respetuoso y responsable».
(FB)