La Justicia entrerriana ya cuenta con el presupuesto de una empresa de excavaciones para comenzar a trabajar en el predio de la Estancia La Candelaria, en Crucecitas Séptima, departamento Nogoyá, en busca de los restos de la familia Gill, cuyo rastro se perdió por completo en el verano del año 2002

Fue el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, quien elevó el presupuesto al Superior Tribunal de Justicia (STJ), para que autorice el gasto, y si la petición es acogida favorablemente, en 20 días estarían realizándose las excavaciones en La Candelaria, según publicó EntreRíosAhora.

La búsqueda de la familia Gill se activó luego de que un testigo clave, que los conoció en vida, aportara ante el juez Acosta, un dato revelador, y escalofriante: que todos los integrantes de la familia podrían estar enterrados en el mismo predio de La Candelaria.

El lunes 23 de octubre hubo un allanamiento en el campo La Candelaria, cuyo casco principal está desocupado, y ahora lo que resta es ingresar con máquinas para inspeccionar los lugares que el testigo señaló como posible ubicación de los restos. El testigo identificó dos lugares posibles donde podrían estar los restos de los Gill, pero para rastrear bajo tierra es preciso contratar a una empresa especializada en excavaciones.

El testigo es un contratista rural de la zona de Tabossi, que supo realizar trabajos de siembra en el campo de Goette, y que conocía a “Mencho” Gill. Ahora acudió a los Tribunales de Nogoyá, y le aseguró al juez Acosta que los Gill no se fueron de viaje ni están en otra provincia sino que podrían estar en el mismo lugar donde siempre, la estancia La Candelaria.

Ratificó que veinte días antes de que desapareciera la familia, en el verano de 2012, “Mencho” Gill cavó dos pozos, uno en el lecho de un arroyo que entonces estaba seco.

Alfonso Francisco Goette, dueño del campo, falleció a los 70 años, el jueves 16 de junio de 2016, en un accidente de tránsito que protagonizó a bordo de su camioneta Nissan Frontier  en la intersección de las rutas 32 y 35, que resultó mortal.

El 13 de enero de 2002 se lo vio por última vez a Rubén Gill, quien tenía 56 años. Con su mujer Norma Margarita Gallego (26) y sus hijos María Ofelia (12), Osvaldo José (9), Sofía Margarita (6) y Carlos Daniel (3) emprendieron un viaje corto hasta la ciudad de Viale, donde estuvieron en un velorio. Y desde entonces nada se supo de ellos.