Luego de 17 años, se realiza un juicio por la muerte de seis militares de la Brigada Aérea de Paraná por la caída del avión Tango 21 en Bolivia.

La tarde del jueves 9 de marzo de 2006 y los días siguientes, una noticia enlutó a Entre Ríos: un avión de la Segunda Brigada Aérea de Paraná cayó a tierra en cercanías de La Paz, en Bolivia. La aeronave conocida como Tango 21 había trasladado al vecino país al entonces ministro de Salud de la Nación, Ginés González García. Todos los tripulantes y pasajeros, que prestaban servicios en la capital entrerriana, fallecieron.

Esta semana, 17 años después, en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de Buenos Aires comenzó el juicio a dos oficiales de la Fuerza Aérea, quienes están acusados del delito de estrago doloso agravado por haber causado la muerte a seis personas, en calidad de coautores. Los acusados son el jefe de Escuadrilla Operativa Learjet de la Segunda Brigada Aérea, Sebastián Segura, y el jefe del grupo aéreo II de la Segunda Brigada Aérea, Cesar Eloy Sprenger. La fiscalía consideró en su acusación que ambos conocían que ni la aeronave –Learjet 35 A matrícula FAG 046– ni la tripulación eran las adecuadas para aquella misión.

El avión siniestrado tenía previsto regresar a la Argentina desde el Aeropuerto Internacional boliviano «El Alto», adonde había arribado con González García y su comitiva, quienes habían viajado a Bolivia en el marco de un plan de ayuda humanitaria. El vuelo de vuelta se suspendió, dado que al arribar a la aerostación boliviana la tripulación de cabina notó olor a quemado en ese espacio. Por lo tanto, el ministro y su comitiva abordaron a su regreso otro avión, mientras que la Fuerza Aérea envió a personal especializado a chequear y reparar la nave. Fueron esos militares quienes se estrellaron tres minutos después de despegar, cuando recibieron la autorización para hacerlo, según describieron desde el Ministerio Público Fiscal.

El 10 de marzo de 2006, Diario UNO dio a conocer la lista de fallecidos: Fernando Javier Franco, de 35 años, nacido en Capital Federal; Matías Norberto Simonetti, 30 años, oriundo de Buenos Aires; Juan José Otero, 47 años, de Gualeguaychú; Jorge Horacio Peralta, de 38, San Benito (Paraná); Enrique César Ricardo Aimino, 37, nacido en Río Cuarto, Córdoba, y Javier Amílcar Brondi, de 36, oriundo de Tabossi.

El juicio

De acuerdo con la acusación fiscal, Segura y Sprenger fueron responsables de la planificación, resolución, disposición y/o aprobación de la misión aérea con una aeronave que sólo se encontraba certificada para efectuar operaciones de despegue y aterrizaje con altura máxima de hasta 10.000 pies, cuando «El Alto» se encuentra a 13.400 pies, y con una tripulación sin experiencia previa en operaciones con aeródromos situados a esa altura.

Este jueves, tras el inicio de la audiencia realizada por Zoom, el tribunal, integrado por los jueces Jorge Gorini, Néstor Costabel y Rodrigo Giménez Uriburu, procedió a la lectura del requerimiento de elevación a juicio. Posteriormente, como no hubo planteos preliminares de las partes, el oficial Segura inició su declaración indagatoria. Se refirió a sus antecedentes profesionales, a su paso por la Escuela de Aviación Militar, y a las distintas etapas de instrucción y formación durante su trabajo en la escuadrilla. Sobre el siniestro aéreo, aludió al factor material de la aeronave y a la reparación que se había realizado luego del aterrizaje en La Paz.

La fiscal Gabriela Baigún interrogó el acusado sobre las especificaciones incluidas en los manuales de avión y de piloto relativas al máximo de altura para la aeronave, contrastando la documentación expuesta con la declaración del acusado. También le preguntó respecto a los procedimientos del despegue, la designación de los pilotos que no tenían experiencia en vuelos a La Paz y la normativa relativa a la jerarquía requerida en las misiones que implicaban ministros de Estado. Posteriormente, el tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo jueves 29 de junio a las 9, para continuar con la declaración de Segura y posteriormente con la de Sprenger.

Los hechos y la prueba

Según la reconstrucción realizada por el Ministerio Púbico Fiscal, el miércoles 8 de marzo de 2006 el Tango 21 partió de Buenos Aires y llegó al Aeropuerto Internacional «El Alto», en Bolivia. Durante su arribo, se advirtió un olor no muy intenso a cable quemado en la cabina, lo que motivó la suspensión del vuelo de regreso y el envío de personal técnico y materiales para subsanar los desperfectos.

El vuelo de regreso se encontraba integrado por el capitán Francos, el primer teniente Simonetti (copiloto de la aeronave), el suboficial principal Otero y los suboficiales auxiliares Aimino, Peralta y Brondi. Tras la supuesta solución de los inconvenientes con la ayuda de especialistas de la Fuerza Aérea boliviana, la tripulación habría verificado el normal funcionamiento del equipamiento de la aeronave a través de los procedimientos y controles de rutina.

De esta manera, a las 15.27 del 9 de marzo, la aeronave despegó con la autorización de la torre de control de «El Alto». Tres minutos después de la partida, ingresó en una pronunciada picada e impactó contra la falda de una loma, a una altura aproximada de 12.841 pies, en las inmediaciones de la zona de Kiluyo, comunidad de Chonchocoro. Tras el impacto, el avión explotó y fallecieron de forma instantánea la totalidad de los pasajeros y tripulantes.