La bajante se inició en marzo del 2020 y no hay indicios de que el panorama fuera a variar en los próximos meses. La situación afectó la fauna y la flora autóctona, pero también perjudicó la parte de la economía que tiene en el río un aliado para el transporte. También acrecentó los problemas de incendios en las islas y los de contaminación del agua.

La altura del río Paraná continúa descendiendo en los puertos de Entre Ríos. Desde mediados de junio, se mantiene muy por debajo de sus niveles normales y de los límites de aguas bajas desde principios del 2020. El Instituto Nacional del Agua aseguró que esa situación permanecerá al menos hasta el último bimestre de este año.

El Diario