El viernes último, Nazarena Rodríguez, una joven de la ciudad de Viale contó a través de Facebook su historia, sus miedos y sus desafíos cotidianos. La chica narró lo que vive dentro de ella a diario, esa pelea entre la sonrisa y la profunda tristeza, sus ganas de vivir y el miedo a morir. En fin, su lucha día a día.
Pero nuestras palabras, hoy, están de más. Mejor, que lo cuente Nazarena:

NO SOY DE HACER ESTE TIPO DE PUBLICACIONES, PERO SENTÍ GANAS Y BUE…
A muchos les puede parecer chistosa, ridícula, o morbosa la imagen. Pero estoy cansada de ocultar una parte de mi vida, o que piensen que yo no me junto con amigos porque soy «mala onda», que falto a clases porque «no tengo ganas de ir», que a veces no me río porque «soy simpática cunado me conviene», que no como porque «quiere ser flaca», que soy «rara», la «consentida de los profesores» y así tantas cosas.
Voy a contarles quién es la chica que está sonriendo en la foto: me llamo María Nazarena Rodríguez, tengo 20 años. Tengo una familia grande: mamá, papá, 5 hermanos, un cuñado y un sobrino. Más todos los parientes que son muuuuchos, y somos unidos.
Me gusta salir, disfrutar con amigos, bailar y tomar alcohol.
Me gusta mucho cocinar, comer cosas ricas, sobre todos cosas dulces. Me gusta leer, ver películas, salir a caminar, ir al gimnasio. Me gusta pasar tiempo con mi familia, sobre todo con Valentino, mi sobrino y ahijado, llevarlo a la plaza, a tomar helado, ¡llenarlo de maña!
Me gustan las vueltas en auto y también los paseos caminando. Me gusta salir de compras, de cualquier tipo, no sólo ropa y zapatos. Soy sencilla, no me fijo en lo que llevan puesto los demás, no me interesa la plata, ni mucho menos agradares a todos. Me gusta sonreír a las personas, aunque no me conozcan, Me gusta reír hasta que me duela la panza. Me gusta el sol, mirar el cielo, contemplar la luna y las estrellas.
Me gusta ayudar a la gente, y hacerlos reír. Digo lo que pienso, lo cual a veces me hace pelear con las personas, sobre todo con 2 de mis hermanos. Quiero ser maestra jardinera, me gustan muchos los niños chiquitos.
Actualmente, cuido a un bebé de casi 2 años, ayudo a mi abuelo a mantener activa su mente, hago las tareas de la casa, voy al gimnasio, curso y estudio una carrera que no me gusta y formo parte de un grupo de la Iglseia.
Ahora les cuenta quien es la chica de la otra foto, la que tiene cara de miedo y llora. La que se paraliza y pierde la noción de tiempo y lugar. La que tiene ataques de pánico.
También se llama María Nazarena Rodríguez, y también tiene 20 años. Ella vive en mi desde que soy chiquita pero se hizo sentir cuando tenía 16 años.
Se robó mis amigos, y con ellos, todas las salidas. Se robó mis dos últimos años de secundaria, mi primer día de sexto. Se llevó mi sonrisa, y mi risa. Se llevó mis ganas de vivir, el placer por ver el cielo, los arboles, Se llevó los paseos,caminando o en auto.
Me robó la posibilitad de disfrutar en familia, de comer algo tranquila, de cocinar.
Me robó tiempo con Valentino.
Me robó la respiración, causándome mucho miedo a morir.
Trajo con ella muchos dolores: panza, cabeza, espalda, piernas, me trajo problemas en los ovarios y una gastritis crónica con una bacteria, la cual me provoca muchos dolores y es ahí cunado más me visita esta muchacha que no me deja vivir en paz.
Se robó mi relación con Dios.
Se llevó la carrera que quería estudiar.
Le robo todo su tiempo a mi mamá, porque esta chica quiere que ella la cuide.
Se apoderó de mi pijama y de mi cama, ¡le gusta tato pasar el tiempo así! Mientras ve que los demás disfrutan, viven, se sienten felices.
Me trajo tantas lagrimas y llantos.
Después de pasar por tantas terapias, psicólogos y medicamentos, (SI, TOMO ANSIOILTICOS Y ANTIDEPRESIVOS ¿Y QUÉ?) Logré que no me molestara tanto esta pequeña traviesa, y comencé a ¡vivir! Recuperando la mayoría de las cosas que perdí, y encontrando otras mucho mejores.
Ahora disfruto de cada pequeña cosa que pasa a mi alrededor, el cielo, las flores, los pájaros.
Respiro y es la gloria. Termino de hacer gimnasia y soy poderosa. Recuperé mi relación con Dios, y soy extremadamente feliz por eso.
Salgo de cursar y soy fuerte. Salgo de compras y de paseo y soy feliz. Escucho música y bailo. Como y disfruto. Río y sonrío.
Pero todo es una rueda. La mayoría de los días soy la chica de la foto que sonríe, y algunas veces, la chica de la foto que llora.
Por seguir viviendo así, entre las dos chicas, me siento una «chica superpoderosa». Sé cómo salir de los momentos tristes y sé disfrutar delas pequeñas cosas. Así que tengo que agradecer a las dos, por enseñarme a vivir y alejar a las personas y situaciones que no tenían que vivir en mi.
Ahora sí, un pedido especial: sean cuidadoso con las palabras que utilizan, en cómo tratan a los demás, y nunca hablen sin conocer la situación de una persona.
Todos tenemos nuestras luchas, por eso, seamos mas inclusivos, con todos y en todos lados.
Así construiremos una sociedad unida e igualitaria, donde reine el amor y la comprensión.
Todos podemos ayudar desde el lugar en dónde estamos.
Seamosmasinclusivos