Ahí estaba. Como ayer y como la semana pasada. Ahí, con pocas ganas de levantarse, como le venía sucediendo los últimos meses. Pero ese día era especial. “Cumplo el 14 de septiembre”, le contaba a todo aquel que quisiera oírlo. Pico Pato les venía diciendo a quienes pasaban por su habitación color gris que el 14 era su cumple.
Y el 14 llegó. Y con él, llegaron globos, torta, vasitos plásticos y hasta guirnaldas. La idea, como no podía ser de otra manera, fue del personal del Hospital Dr. Castilla Mira, que es la gran familia de Pico.
Así, la habitación cambió de repente y de repente la sala se iluminó y se llenó de colores. No sólo la habitación. También los ojos de Pico, que de un momento a otro se iluminaron y se llenaron de magia. Como la que le regalaron enfermeras y médicos ese 14 de septiembre. (FB)

(Foto: Mirian Aguiar)