Huir de la guerra, la pobreza y el abandono total. Huir. Huir sin nada, o apenas, con la tímida esperanza de conocer algo un poco mejor.

Así llegó Cantan Moungot y su familia a la Argentina, procedentes de Laos. Laos no es un país más. No es un país cualquiera; se trata de la nación más bombardeada de la tierra.

Cantan Moungot, su esposa y sus dos hijos no vinieron solos. Arribaron a este suelo con un numeroso contingente de laosianos. Entre 1979 y 1981 llegaron a nuestro país 293 familias surasiáticas, de las cuales 266 procedían de Laos.

Ese número de familias asiáticas arribó a la Argentina, luego que la dictadura militar intentara “limpiar” su imagen ante el mundo.

Repasemos lo que dice el informe «Refugiados del sudeste asiático en la Argentina: 30 años de historia», confeccionado por el Ministerio del Interior de la Nación en 2012: «La decisión del gobierno de aceptar a un contingente de personas refugiadas resultaba una situación propicia para difundir una imagen internacional que lo mostrase respetuoso de los derechos humanos, las diferencias raciales o religiosas”.

De esa forma, nacía la mayor inmigración laosiana en Sudamérica. Los nuevos refugiados se instalaron –principalmente- en la provincia de Misiones, pero también llegaron contingentes a varios pueblos de la provincia de Buenos Aires. Y la familia de Cantan, a Viale, Entre Ríos.

No les resultó para nada sencillo instalarse en Argentina. Si bien habían logrado huir de la guerra y el hambre que reinaba en Laos, de repente se vieron en un territorio extraño, casi huérfanos, en un suelo lejano y desconocido. Encima, en nuestro país muchos sufrían la discriminación.

De vietnamitas y laosianos

Un álbum de fotos que llegó a nuestras manos hace algunas semanas, lleva por nombre: “Refacciones del Hogar de Viale para la llegada de familias vietnamitas”. En la serie de fotografías se observan importantes ampliaciones de la cocina, construcción de varios pabellones y nuevos baños del Hogar de Jóvenes.

Es que no sólo fueron personas provenientes de Laos quienes se refugiaron en Argentina aquellos años. También llegaron 21 familias de Camboya y otras 6 de Vietnam.

Por algún motivo, las familias vietnamitas fueron ubicadas en otras provincias argentinas y ninguna de ellas llegó a esta parte de Entre Ríos, tal como estaba previsto en un primer momento.

“Esas reformas en el Hogar se hicieron para la llegada de familias surasiáticas, pero finalmente nunca arribaron a Viale”. Lo cuenta don Chacho Sanabria, quien se desempeñó durante años en el Hogar de Jóvenes “Roque Sáenz Peña”.

No vinieron familias vietnamitas a Viale. Pero sí una procedente de Laos…

Un barrio llamado Centenario

Cantan logró escapar de Laos cruzando el río Mekong, a pura brazada, esfuerzo y desesperación. “Siempre nos contaba aquella historia tremenda de cómo pudo huir de su país. Él escapó a Filipinas, donde conoció a la que sería posteriormente su esposa y con la que llegaría luego a la Argentina”, recuerda la vialense Mirta Ulrich.

En Viale, la familia de Mirta y la de Cantan se hicieron muy amigos. Los hijos de ambos jugaban todo el día en el barrio Centenario. Apenas tres cuadras separaban las dos casas. Eran tardes de pelota, cunetas, charcos y autitos de madera. Jornadas eternas de sol y lluvia, en una provincia que lleva por nombre Entre Ríos. Lejos, muy lejos, de un país llamado Laos.

“Cantan y su esposa siempre nos contaban que habituarse a la Argentina les llevó tiempo, mucho tiempo. En Ezeiza, cuando llegaron, el gobierno de entonces (plena dictadura militar) los esperó con arroz y pescado. Pero ellos casi ni comieron los primeros días. Es que si bien el arroz era su principal alimento, en Asia lo preparan de manera totalmente distinta a como lo cocinamos nosotros”, cuenta Mirta.

Un muchacho callado

Atilio Ehrlich fue compañero de trabajo de Cantan en el Municipio de Viale. “Era un muchacho callado y bastante reservado. Pero muy trabajador; colaboraba con todos”, recuera Atilio.

Cuando ingresó al Municipio, Cantan se desempeñó los primeros años en el área de Herrería. Luego pasó a Alumbrado Público. Al principio le costó la tarea, ya que no tenía demasiada experiencia en esas áreas. Sin embargo, con el correr de los meses demostró un gran crecimiento laboral.

“Siempre nos contaba que en su país sufrieron mucho. Allá, todo era pobreza. Pobreza y guerra. No tenían prácticamente nada”.

La familia de Cantan vivió durante unos años en Viale, en una vivienda que les cedió el Municipio local, frente a lo que tiempo después sería la Escuela Nº 205.

Bombas, no juguetes

La historia de Laos es dura; durísima. Y detrás de su tragedia se esconde (cuando no), Estados Unidos. Algunos datos para entender la situación: Sobre Laos cayeron durante una década bombas como lluvia. Aviones estadounidenses lanzaron más de 2,5 millones de toneladas de bombas entre 1964 y 1973. Causaron un número indeterminado de muertes y obligaron a la población a desplazamientos masivos o a vivir bajo tierra en busca de protección.

Muchas bombas no detonaron e increíblemente siguen allí, amenazantes, generando más muertes. Según cuenta Adrián Foncillas, casi la mitad de los 20.000 muertos desde el final de la guerra han sido niños que las confundieron con juguetes.

Una historia y un porvenir

En Viale, la familia de Cantan estuvo aproximadamente hasta 1.987. “De aquí se fueron a vivir a la costa del Uruguay, donde había otros inmigrantes laosianos”, recuerda hoy Mirta.

Seguirían su camino. Ese que en un momento los impulsó a huir de Laos, el país que las enciclopedias describen como la nación más bombardeada del planeta.

Continuaron su rumbo, posiblemente, en esa constante búsqueda para que su dura historia de sufrimiento comience a ser –en algún momento de sus vidas- apenas un mal recuerdo.

(Fabricio Bovier)

NOTA: Intentamos contactar a la familia de Cantan Moungot a través de la Comunidad Laosiana de Posadas y también mediante contacto con dos diarios de ciudades bonaerenses donde viven familias procedentes de Laos. Pero no hemos logrado hasta el momento dar con ellos. De todos modos, seguiremos averiguando su lugar de residencia y así entrevistarlos para una posterior nota en NuevaZona.

La tapa de Clarín, el día que el contingente de refugiados laosianos llegó a la Argentina (Septiembre de 1979)
El Hogar de Jóvenes se preparó para la llegada de vietnamitas. Pero finalmente nunca arribaron familias de esa nacionalidad a esta parte de Entre Ríos
En el Hogar se realizaron grandes reformas en la cocina, baños y pabellones. Esperaban varias familias sur asiáticas