Una manga de langosta que ocupa aproximadamente 10 kilómetros cuadrados de extensión se encuentra en el sur de la provincia de Corrientes y podría ingresar a Entre Ríos en las próximas horas, según cómo sean las condiciones del tiempo.
Los insectos habrían llegado a territorio argentino el 21 de mayo de 2020 desde Paraguay. Los videos de miles de estos acrídidos que sobrevuelan plantaciones se hicieron virales en redes sociales. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria argentina (Senasa) es la institución que se encarga del monitoreo constante del enjambre de langostas para reducir el impacto de esa plaga. El paso de la población de insectos, que cubre cerca de 10 kilómetros a la redonda, depende de las condiciones climáticas y de la dirección del viento. Estos se desplazan entre 100 y 150 kilómetros por día.
El jefe del programa de Control de Langostas y Tucuras del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Héctor Medina, manifestó a El Diario que las langostas son una plaga que se mueve según las condiciones del viento y la temperatura
Ingreso
“Ayer anunciamos que es muy probable que ingresen a la provincia de Entre Ríos. De hecho avanzaron hacia el sur y quedaron a la altura de Sauce por encima de la ruta 126, a unos 15 kilómetros del límite. Hoy (por ayer) iban a bajar pero no lo hicieron, probablemente porque las temperaturas están más bajas y el día nublado y eso no les permite volar. Estamos atentos a ver si esta manga se levanta o no. Está muy cerquita del límite”, señaló el especialista a esta Hoja.
En cuanto a las probabilidades que ingresen al territorio entrerriano, Medina precisó: “Depende del viento. Hoy teníamos la tendencia de que si teníamos temperatura iban a bajar al sudeste e iban a ingresar a la Provincia de Entre Ríos, más para la zona de San Jaime de la Frontera. Pero no se movió”.
En cuanto a la magnitud poblacional de la plaga, el ingeniero remarcó que se calcula, según las mediciones que se hayan hecho de forma satelital, ocupan una superficie de 10 kilómetros cuadrados.
“Estimamos uno 10 kilómetros cuadrados, la categorizamos de mediana porque hemos visto mangas de 30 kilómetros cuadrados. Pero es una manga de gran dimensión”, consideró.
Daños
Al ser consultado sobre las posibilidades de daño que puede provocar la plaga y si es similar a las que ocasionaba en los cultivos en la década del 50, cuando fueron combatidas por el Estado argentino, Medina respondió: “Tiene las mismas características que entonces pero por suerte eso no ha pasado en los últimos días. Ha habido daños concretos pero no ha habido arrasamiento de cultivos como sucedió en 1954. Pero el riesgo existe. Hemos visto que ha pasado por cultivos de trigo, por ejemplo, y en muy poquitos minutos ha producido daños importantes. A nivel general ha producido daños en lotes que han quedado afectados. Pero si uno toma la dimensión de la manga no son tan relevantes”.
En cuanto a la manera en que pueden ser combatidas, Medina se refirió al uso de plaguicidas aunque también advirtió sobre algunas dificultades para su aplicación.
“Se tienen productos químicos. Pero es muy difícil hacerlo porque el manejo de la plaga es muy complejo porque se mueve. Hay que moverse muchos kilómetros, encontrar dónde está la plaga, hay que ver que no haya cursos de agua o una escuela en esa zona, por ejemplo. Esas condiciones son muy difíciles que se den en forma continua. En estos momentos la provincia de Corrientes tiene un avión listo para hacer un control pero no hemos tenido las condiciones hasta el momento”.
Por otra parte, el ingeniero del SENASA aclaró que los daños que provoca la langosta únicamente tienen que ver con cultivos y pastizales y no tienen ninguna incidencia directa con los seres humanos.
“No causa daños directo al ser humano, no transmite ningún tipo de enfermedad. No implica ningún riesgo para la salud humana ni a los animales”, subrayó.
El resurgimiento de la plaga
Durante la primera mitad del siglo XX la langosta migratoria (Schistocerca cancellata Serville), ha sido la más perjudicial en Argentina al causar significativas pérdidas económicas en cultivos y campos naturales de amplias regiones.
Luego de efectivas campañas se logró controlar la plaga hasta considerarla casi inexistente en gran parte del territorio. Pero no había desaparecido.
“No estaba extinguida. Bajó su nivel poblacional. Se retrajo a la zona de La Rioja y Catamarca. Ahora se dio un resurgimiento importante que se debe a que explotó poblacionalmente a causa de factores de temperatura y humedad que vio que se diera su desarrollo. Esas condiciones en invierno hacen que la plaga prospere y tengamos este nivel. No de ahora sino desde 2015. La novedad es que están muy al este del país. En Corrientes llegaron después de 73 años con posibilidad de entrar a Entre Ríos. Con algún riesgo de ingreso, aunque mínimo, de que llegue a Uruguay y Brasil. En esos países tuvieron problemas en 1930 o 1940 pero han pasado más de 70 años para que vuelva a una situación similar”, describió el ingeniero Héctor Medina.
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