Javier y Milagros Ramírez son protagonistas de una cruda experiencia de vida, con un feliz presente. Meses atrás, el caso fue conocido a nivel provincial, en oportunidad que se iniciara una colecta para que Milagros -de 12 años-, pueda concretar el anhelado y vital trasplante.

La familia crespense atravesó un difícil momento, ya que debieron mudarse a la localidad de Tabossi, cuando su padre perdió el trabajo en su ciudad de origen, por las ausencias que significó llegar a la detección y primeros tratamientos de la niña. La población entrerriana se hizo eco en forma solidaria y finalmente, el papá fue donante de una esperanza de vida para Mili.

Javier Ramírez confirmó a FM Estación Plus: «Por el momento está muy bien, salió todo como esperábamos».

Emocionado y expectante por la recuperación de su pequeña, el progenitor relató el camino que transitaron juntos en este importante desafío: «El 8 de junio nos asentamos en Buenos Aires, para hacer el circuito prequirúrgico, que significaba estudios e instancias tanto para Milagros como para mí. Una vez realizado todo, nos confirmaron que el 17 de julio sería el trasplante. Mili se tenía que internar una semana antes, para hacer un proceso de quimioterapia, para bajar sus defensas a cero. Y yo debía internarme para la colocación de un catéter, por donde se haría la extracción de células madres. A partir de ello, seguí un procedimiento de estimulación de células madres, para después cosecharlas. Paralelamente se hacía un recuento de las que necesitaría ella. El trasplante comenzó a las 15:00 y finalizó a las 16:00, con un resultado muy bueno, ya que no hubo ninguna complicación».

Por el momento continúan en la sede de salud donde se efectuó el trasplante y con cautela, el papá apuntó: «Ahora nos toca esperar 21 días, para que ‘prenda la médula’, nos dijeron los doctores. Ella queda inmunodepresora, por lo que solamente entra una enfermera y los médicos, nadie más. Mi señora está con Milagros, sin poder tener contacto con el exterior, ni yo puedo verla tampoco. Tenemos que estar aislados, controlados, esperar y tener mucha fe, como la tenemos. Ha hecho unos picos de fiebre en estos primeros días, pero nos indicaron que es normal, que todo va marchando bien».

En cuanto a los pasos futuros, Javier sostuvo: «Comenzará con quimioterapia, para matar el resabio de células malignas que hayan quedado y después de los 21 días, podría tener el alta hospitalario. Ello implica que nos quedemos en un hotel, asistiendo a controles semanales. Confiamos en que todo estará bien».