“Activan protocolo en Viale”. Esta noticia de NuevaZona sobre un posible paciente sospechoso de Coronavirus fue compartida en Facebook –durante la primera hora- 122 veces.
En cambio, la otra noticia, la que titulamos en este mismo medio: “Viale. Dio negativo el análisis por Coronavirus”, fue compartida apenas 33 veces en la primera hora.
Repetimos: 122 contra 33. Hay una diferencia, no? Y una aclaración necesaria: Casualmente, ambas noticias se publicaron prácticamente a la misma hora: los dos hechos se informaron alrededor de las 9 de la noche. Una fue el día lunes; la otra el miércoles.
El periodista Luis Jacobi escribió esta semana sobre un caso ocurrido en Villa Libertador San Martín, donde las redes sociales insultaron a una persona que contrajo el coronavirus.
Así lo escribió nuestro colega: “La histeria de una sociedad en cuarentena no debería exagerar vulnerando la dignidad de nadie, porque nadie es culpable de enfermarse. Como sociedad, nos convendría bajar el nivel de ansiedad. Somos parte del mundo y tendremos muchos enfermos con Covid-19, a los que se sumarán los engripados del otoño e invierno, con síntomas parecidos. Si cada uno será despellejado en una desenfrenada caza de brujas, no ha sido bien entendido el problema”.
Según pudimos averiguar, el morbo por determinados hechos no es algo exclusivamente de los argentinos. Pero, por lo visto, a quienes habitamos este bendito suelo nos encanta.
Habría que preguntarse qué ocurriría si la persona de la que trata la noticia fuéramos nosotros, o un familiar directo. ¿También reclamaríamos que se divulgue su nombre y demás datos personales? Créase o no, pero en nuestro medio recibimos reclamos por no dar la identidad de las personas internadas.
El nombre no puede difundirse porque existe una ley de derechos del paciente. Además, si alguien cercano estuvo en contacto con el/la persona internada, serán notificados por el personal de salud que trabaja en el caso, según el protocolo establecido.
Todavía nos falta mucho que aprender a los argentinos. Pero podríamos comenzar por algo: Ponernos en el lugar del otro. Aunque sea por un ratito.
(Fabricio Bovier)
