(Escribe: María Belén Nencini. Ingeniera en Alimentos. Encargada del Sector Calidad del FRIGORÍFICO Avícola Faenar)

Soy trabajadora de la industria de alimentos, velo todos los días por la sanidad de lo que producimos y distribuimos, y por eso, simplemente por eso, yo no puedo quedarme en casa.

Como parte del equipo de control de calidad de la empresa donde trabajo nos pasamos la jornada tomando medidas de higiene y desinfección intensas, buscando soluciones, capacitando, repitiendo y repitiendo cuales son las medidas que cada uno debe tomar, un constante «lávate las manos», indicando las precauciones al irse a casa, el distanciamiento cuando volvemos a la ciudad, el cuidado del grupo de riesgo.

Hoy no podemos parar, y no porque los empresarios sean inhumanos, sino porque somos parte de una cadena alimenticia que no se puede cortar.

Para vos que estás en tu casa y necesitas provisiones puedas acceder a todos los productos… y así con todas las ramas de la industria de alimentos y la producción primaria.

Lejos estamos de ser inconscientes, en nuestra formación como profesionales conocemos la microbiología, la que nos presenta a los virus, y contra ellos luchamos todos los días. Pero esta vez es grave, todos los miembros de la salud lo dicen, está vez la guerra va ser más fuerte, y eso nos desvela.

Activamos todos los protocolos, aprendimos de todos los consejos y medidas sanitarias, las transmitimos y tratamos con nuestras fuerzas de que el otro la cumpla, pero esto es cuestión de conciencia propia, de considerar esta pandemia tal cual es.

Cambiamos nuestra rutina de llegar a casa y recibir abrazos de nuestros seres queridos por ingresos alejados, dejando nuestra ropa y zapatos lejos, corriendo a darnos una ducha y desinfectar todo lo que traemos encima, porque amamos a quienes nos están esperando.

Yo no tengo la gracia de poder quedarme en casa, pero vos que podés, hacelo.

#quedateencasa