En su DNI figura Alicia, pero popularmente todos la conocemos por «Pini». Hace cinco años y cansada de probar cuanta dieta salga al mercado, un día dijo basta y decidió cambiar para siempre.

Fue luego de una consulta con su Médica Andrea Schmunck, quien le recomendó acercarse a ALCO (Asociación Lucha contra la Obesidad), a raíz de varios problemas de salud que enfrentaba por entonces . «Yo tenía diabetes, hipertensión, tiroides, entre otras cosas y por ello, Andrea me aconsejó acercarme a este grupo», cuenta.

La Médica ya tenía otro paciente que participaba de ALCO, y el cambio que había experimentado esa persona era más que importante. «Se trata de un hombre que pudo bajar 50 kilos y hasta el día de hoy logró mantenerse», recuerda la entrevistada.

Esa recomendación alcanzó para que Pini decidiera acercarse al Grupo ALCO San Roque Paraná, hace cinco años.

«Cuando fui por primera vez, yo pesaba 105 kilos y debía tomar seis pastillas por día. Pero a partir allí, mi vida cambió para siempre. Vivía tomando medicación y desde ese momento dejé todos los medicamentos y hoy tomo un solo comprimido para regular la hipertensión», cuenta con la sonrisa de lado a lado.

Pini es diabética y se controla con el plan de alimentación y actividad física. «No tomo nada más», repite en varios fragmentos de la entrevista como para que quede bien claro.

Esta enfermera, que antes de participar en el Grupo «San Roque» de ALCO se agitaba si caminaba tan solo unos metros, pudo demostrarse a ella misma que siempre es posible lograr las metas si uno lucha por conseguir los objetivos. Y alcanza un botón de muestra: Este año, y sólo este año, ya ha corrido siete maratones. Escuchó bien, amigo lector: En lo que va de este 2016, ha participado en siete corridas atléticas de Entre Ríos y Santa Fe. «Pude finalizar todas las maratones en las que he participado hasta el momento y eso es algo realmente gratificante», cuenta.

«ALCO me cambió la vida y siempre lo digo: Estoy muy agradecida con el Doctor Cormillot (fundador de la institución), así como también con los coordinadores de nuestro grupo», explica.

Y pese a que algunos pueden pensar que se requiere mucho dinero para ser parte de estos grupos, la realidad demuestra que no es para nada elevado. El costo es un bono de $25 por semana.

«Una vez que uno acepta que tiene la enfermedad de la obesidad, puede comenzar a canalizar el problema.Desde ALCO no nos prohíben comer, ya que podemos comer de todo. Lo que nos enseñan es a disminuir porciones. Además, nos brindan herramientas para enfrentar el problema».

 

«El medicamento somos nosotros mismos»

Al explicar cuáles son los secretos de un sistema que ha beneficiado a miles de personas en varios países del mundo, Pini es muy clara: Se debe respetar el desayuno, el almuerzo, la merienda, la cena y los buenos hábitos de alimentación. Ello, sumado a la actividad física regular (30 minutos diarios), ayudarán notablemente a que uno pueda salir adelante. «Nosotros mismos somos nuestro propio medicamento; nosotros decidimos si la enfermedad avanza o retrocede. Debemos reconocer qué hicimos o qué no hicimos. En el grupo nadie te reta si engordaste, sólo uno es consciente de porqué bajó o subió de peso». Esta mujer, que antes se agitaba al hablar, tenía muy baja autoestima y odiaba los deportes, hoy trota cinco kilómetros diarios, disfruta la actividad física y ha mejorado su vida social y profesional.

«Hoy disfruto la vida, el sol, salir a caminar y los deportes. Estoy bien y me siento feliz. Participo de la Escuela de Atletismo de nuestra ciudad y disfruto cada entrenamiento. Bajé 22 kilos y quiero seguir bajando. No se si podré logarlo en poco tiempo o en unos años, pero por más que me lleve toda la vida, seguiré luchando por ese objetivo».

 

«Yo me veía en la cama de diálisis»

En uno de los tantos chequeos que debía realizarse por sus problemas de salud, en un momento los análisis del laboratorio fueron preocupantes para Alicia. «Los resultados me dieron muy mal en la parte renal. Yo le decía a la Doctora en ese momento que mi futuro era la cama de diálisis, porque no veía otra posibilidad. Hasta ese momento, yo apenas vivía el día. Y hoy mi vida cambió: Ahora disfruto cada momento, puedo compartir, hago deportes, doy clases de Enfermería y aprovecho cada instante con una sonrisa»

Fabricio Bovier

 

(El informe completo se publicó en la Edición Papel de NuevaZona el 30 de septiembre último)