El vencimiento de plazos para ocupar cargos en las listas vuelve a desnudar la esencia de aquellos que persiguen objetivos personales y se jactan de vocación de servicio.

Una vez más asistimos a un acto de absoluta incoherencia, donde la impronta perversa del justicialismo por sostener poderío político a cualquier precio, revive viejos actores del pasado reciente y conlleva a rejuntar personajes de pocas convicciones, que mudan de ideas más fácil que el camaleón muda de piel.

Esto no solo pone de manifiesto lo más oscuro de aquellos dirigentes que hace días atrás se ladraban y hoy pactan fraternidad e inscriben sociedades de cartón por simplemente ser parte de una lista, sino que nos permite redescubrir la capacidad de reinventarse que tienen estos movimientos populistas en nombre de la patria, sin jamás hacerse cargo de una sola de sus patrañas.

Kirchneristas, Masistas, Urribarristas, Bustistas y otras yerbas, hasta ayer se pasaban facturas de viejas traiciones y hoy pretenden entre gallo y media noche hablarle de unidad al electorado.

Que el árbol no tape el bosque

“Estimado vecino/a, solo pedimos cordura y que los hombres obren con las inspiraciones que les dicta su conciencia”.

Esos mismos criterios, con los cuales vuelven a postularse, una y otra vez, pretenden aferrarnos a una herencia que no nos merecemos y con la que luchamos día a día, codo a codo para no volver, jamás.

La democracia es la más maravillosa de las herramientas para forjar un presente con futuro, por ello no podemos permitirnos volver al pasado.

Comité UCR “Leandro N. Alem”