Fue el día que llegó Mascherano a Viale. Cami había ido con su mamá a escuchar la charla sobre adicciones que el hermano del reconocido futbolista brindaba en la ciudad.
Ese día, luego de la charla, Cami se acercó a hablar con Mascherano. Estuvieron dialogando un ratito. Luego de ese breve encuentro, Masche le dijo a Gaby, la mamá de Camila: «Esta noche, en tu casa, tu hija tiene algo que contarte».
«Yo no entendí en ese momento la situación, pero luego mi hija me lo contó. Es como que se me derrumbó el mundo», cuenta ahora -ya más tranquila- Gaby.
Lo que Cami le confió a su mamá era que estaba atravesando una adicción a las drogas y que quería salir adelante. Que necesitaba apoyo, mucho apoyo, para poder superarlo. Pero que estaba dispuesta a enfrentar su problema.
«Ella me lo confió a las 6 de la mañana y a las 4 de la tarde de ese mismo día la internamos en la Fundación ‘Aprender a vivir’, ubicad en la ciudad de Concepción del Uruguay».
Se trata de un Centro privado de Rehabilitación en adicciones, que está formado por un grupo de profesionales de distintas disciplinas.
Camila fue internada el mismo día que reconoció el problema a su familia. Y ya lleva cuatro en «Aprender a vivir» de Concepción. Y poco a poco va recuperando esa dulce sonrisa que siempre fue su sello característico.
No quedarse quietos
Tanto Gaby como otra mamá que también tiene a su hijo internado en este Centro de rehabilitación, están decididas a no bajar los brazos. Por ello, ya trabajan en un sueño (y que están seguras podrán concretar). Se trata de traer a Viale un grupo de Narcóticos Anónimos que funcione de manera estable aquí. Narcóticos Anónimos es una institución a nivel mundial sin fines de lucro, que tiene como propósito principal que sus participantes, mediante la práctica del programa de 12 pasos, se mantengan sin consumir ningún tipo de drogas (mantenerse limpios) y «llevar el mensaje al adicto que todavía sufre».
Uno de sus principios es que «un adicto -cualquier adicto- puede dejar de consumir drogas, perder el deseo de consumirlas y descubrir una nueva forma de vivir».
Narcóticos Anónimos tiene por misión brindar un ambiente en el cual los adictos puedan ayudarse mutuamente a dejar de consumir drogas y encontrar una nueva forma de vida. Para ello lleva adelante reuniones regulares con el fin de ayudarse a permanecer «limpios», compartir su experiencia y practicar el programa de recuperación.
En Entre Ríos, actualmente hay grupos funcionando de Narcóticos Anónimos, pero ninguno ubicado cerca de Viale. Por ello el objetivo de estas madres. Están seguras que lo lograrán.
Para ello ya iniciaron las gestiones en pos de conseguir ese noble objetivo. Porque quieren seguir ayudando a sus hijos, y brindar ayuda a otros adolescentes, jóvenes y adultos que hoy se también encuentran en una situación problemáticas con las adicciones.
Hablen, hablen, hablen
La realidad golpea y duro. En las ciudades grandes, pero también en los pueblos. Actualmente, en Viale y zona hay numerosos adolescentes y jóvenes que están atravesando problemas con las drogas y el alcohol. Y muchos de ellos no se animan, no pueden pedir ayuda o no encuentran con quién hablar.
En la charla que brindó Mascherano en junio pasado, hubo algunas frases que sonaron fuerte. Muy fuerte: «Hablen, hablen, hablen. Con sus padres. Y si sus padres no los escuchan, con su abuelo. Y si su abuelo tampoco los escucha, con un tío. O con un maestro, o un sacerdote, o el Profe de fútbol. Hablen, cuenten lo que les pasa. Nunca dejen de hablar», pidió en tono casi de ruego.
Las palabras de Mascherano, quien llegó en aquella oportunidad invitado por el Municipio local junto a otros Municipios de la zona, fueron de gran valor, ya que el hombre no habla desde la teoría, sino que lo que narra es su propia experiencia de vida.
Pues todo cambia cuando alguien deja la teoría de lado y comparte su propio testimonio.
Y Mascherano contó lo que vivió y padeció en carne propia durante 18 años de su vida como adicto a las drogas.
Afortunadamente, hubo chicos y chicas que se animaron a hablar. Cami fue una de ellas. Después de aquella jornada, tomó valor y pidió ayuda. Y, como ella misma lo cuenta, gracias a pedir ayuda a tiempo, hoy lleva ya 106 días limpia. 106 días de esperanza renovada. 106 días con muchas ganas de vivir.
Un texto escrito con el corazón. “106 días limpia”: Qué dice la carta de Cami
Hace unos días, Gaby recibió una carta. Y no fue cualquier carta. Se trataba de una escrita a mano pero con el corazón. De puño y letra, pero con el alma a flor de piel. La había escrito Cami y a través de esas líneas podía advertirse un canto a la vida y un pedido para que cuidemos a nuestros hijos ante el problema de las adicciones
Así lo contaba: «Quiero agradecerles a todos los que me mandan saludos y muchas fuerzas para seguir adelante. También decirles que cuiden a sus hijos o familiares que son adictos a las drogas o alcohol porque no es fácil salir solos, yo quise parar muchas veces sola y no pude hasta que una madrugada tuve los ovarios puestos y me animé a pedir ayuda porque no podía mas sola. Era cada vez más continuo y me iba alejando cada vez más de las personas que me querían. Hoy sé que no eran amigas las que estaban al lado mío, amigas/os y familiares son los que tengo ahora a mi lado, los que no me dejan caer y me dan fuerzas para seguir y a esas personas les agradezco de corazón y les digo gracias.
No me da vergüenza decir que hoy tengo 106 días limpia porque hoy estoy bien; ya no me ando lastimando, no ando consumiendo, no ando lastimando a mi familia, no estoy tirada en el hospital y no ando más por las calles haciendo quilombo.
Les pido disculpa a esa gente si les falté el respeto o les hice algo; esa no era Camila. Camila es la de hoy, la que se está recuperando, está limpia y está llena de amor y la que está salvándose y salvando la vida a mi familia porque la estaba matando en vida.
Tengo esta enfermedad llamada Adicción, no es fácil porque no tiene cura. Está continuamente las 24 horas presente y como hoy podemos estar limpios y tengo todo, en un abrir y cerrar de ojos perdemos todo.
Cuiden mucho a sus familiares, que son los que más amor, apoyo y ayuda necesitan. La vida es bella y sin drogas podemos disfrutar y sentir de cada momento que pasamos. Camila
Fabricio Bovier