Susto grande sufrió este martes por la tarde una familia paranaense de calle Churruarín y Benavento. Tras escuchar un ruido, apareció el fuego en la cochera donde se encontraba estacionado un auto.
En el lugar actuó personal del 911 que llegó en primera instancia y rescataron a las personas que estaban en ese momento ubicadas en la planta alta y luego llegó una dotación de Bomberos Zapadores y Voluntarios de Paraná.
En minutos apagaron el foco ígneo que se generó en un VW Polo.

Los integrantes de la familia, pudieron salir a tiempo a la vereda y tras el ataque del fuego, escucharon ladrar a un pequeño cachorrito que había quedado en una de las habitaciones, detrás del incendio.
Esto determinó que uno de los zapadores debiera ingresar para rescatar al pichicho y de esa manera entregárselo a sus dueños.

Tras apagar el fuego, se iniciaron las pericias que avanzaron con la posibilidad concreta de un problema eléctrico en el rodado.

El jefe de Zapadores, Roberto Borré, contó cómo fue el operativo: «Fue un incendio que fue controlado rápidamente por el problema eléctrico en el auto y tras trabajar correctamente, observo que una nena se encontraba llorando fuera de la casa. Me acerqué y le pregunté qué le pasaba y allí me informó que estaba mal porque en la habitación de arriba de la cochera, se encontraba el perrito que era de ella», relató.

«Por eso con el agente Santiago Franco volvimos a la casa y llegamos hasta la habitación con algunos inconvenientes. Encontramos el cachorrito y lo sacamos y por supuesto se lo entregamos a su dueña, la nenita que lo tomó con una gran alegría», resaltó Borré.
En esa línea admitió: «Si no se lo hubiera rescatado, podría haber muerto por el monóxido y el humo que emanó el fuego del auto».
DIARIO UNO