Abrir las puertas y mostrar lo que uno hace. Bajo esa premisa, el emprendimiento agroecológico que funciona en Tabossi, denominado «Minhoca», días pasados realizó una jornada explicativa y demostrativa.
El objetivo fue dar a conocer la manera de trabajar de esta empresa a sus clientes y personas que realizan emprendimientos agroecológicos de otra índole, como horticultores, productores de aromáticas, fabricantes de conservas, entre otros.
Amelia Uzín, integrante del emprendimiento, explicó: «Primero nos presentamos y contamos un poco como surgió la idea y cuáles son los principios sobre el cual tratamos de trabajar, luego recorrimos las chacras donde se pudieron observar cultivos de cobertura de avena y vicia (son cultivos preparados para el verano), cultivo de cereales: trigo (dos variedades), centeno, cebada y de arveja. Ahí pudimos contarles a todos como inoculamos las semillas y posteriormente fertilizamos y tratamos las posibles enfermedades».
Posteriormente, ya en el galpón, se mostraron los preparados biológicos y la molienda. Al final se realizó una ronda con una devolución por parte de todos los que visitaron el emprendimiento.
Conocer cómo se produce
Amelia explicó que la jornada estuvo dirigida a las personas «que actualmente consumen nuestros granos y harinas para que conozcan cómo producimos».
«Buscamos de esta manera fortalecer la trama de producción-consumo y generamos también lo que se llama SPG, o sistema participativo de garantía, en la que productores, consumidores, técnicos y autoridades estatales se auto «certifican» la producción agroecológica, o sea garantizan que esa producción es agroecológica.
Un sistema dominado por grandes multinacionales
El sistema agrícola actual está desplazando cada vez a los pequeños productores. Así lo entienden en Minhoca y así es lo que uno puede advertir día a día.
«La agroecología invita a volver y fortalece a los que aún resistimos ya que producir de esta manera implica gastar mucho menos (y en pesos…, aclara la mujer) en comparación con la inaccesibilidad cada vez mayor de los paquetes tecnológicos que ofrecen las grandes empresas que manejan los insumos de la agricultura hegemónica.
Es que los llamados ‘insumos’ se pueden hacer en el campo de forma sencilla y sana y obtener rindes más que razonables.
-¿Resulta complejo para los hombres de campo comenzar a producir de manera ecológica?
-Como toda transformación, lleva tiempo y esfuerzo, sobre todo modificar la idea de que todos los problemas de los cultivos se resuelven con algún químico. Sin embargo, los costos son mucho menores y los resultados no son solo en el bolsillo sino en un ambiente de trabajo mucho más sano y el suelo empieza enseguida a responder positivamente al manejo sustentable. Eso resulta en plantas más sanas y cada vez menos necesidad de cualquier aplicación (mismo biológica). Pero de ninguna manera resulta complejo, muchas de las tareas que hacemos hoy las hacían nuestros abuelos y bisabuelos.
-Hoy, más que nunca, es necesario y urgente comenzar a pensar otras formas de producir, sin afectar el medio ambiente. ¿Será posible que en algún momento gobiernos, empresas, instituciones y productores puedan evaluar en llegar a acuerdos para trabajar bajo esta premisa?
-No les va a quedar otra. La transformación de la matriz alimentaria es inevitable. Comer sano es cada vez más importante para las familias, por lo menos aquellas que pueden elegir. En numerosos países están prohibidos los agroquímicos que usamos acá, las empresas que los producen están sufriendo el embate de juicios multimillonarios, las personas y el medio ambiente se están enfermando cada vez más. No reaccionar políticamente tanto a nivel estado como a nivel empresario es mirar para otro lado y tarde o temprano los productos que tengan químicos no van a tener mercado y de a poco podemos anticiparnos y así después el cambio no es traumático. Tenemos la experiencia del fallo contra las pulverizaciones alrededor de las escuelas, si bien aún está el debate, esas sentencias van a ser cada vez más extendidas y los productores tenemos que aprovechar todas estas señales para aprender a modificar la forma de hacer las cosas si queremos seguir produciendo. Y con eso todas la ventajas que se vienen a nivel ambiental y de la salud.
