Félix y su mirada pícara y dulce, asombró a muchos de los que estábamos presentes el 2 de abril, durante la inauguración de la nueva plazoleta “Malvinas Argentinas”.

Es que Félix, con sus 4 añitos, fue uno de los encargados de izar la bandera del Mástil junto a su papá Julio y los ex combatientes de Malvinas.

El pequeño, desde varios días antes había preguntado a mamá y papá el porqué del acto, qué significaba Malvinas y otras dudas relacionadas al evento del 2 de abril.

Sus padres, con paciencia de padres, le explicaron lo de la nueva plaza, lo de la bandera entre todos y principalmente, lo del abuelo de Félix, llamado César Alberto Zapata: Su muerte en pleno conflicto de Malvinas durante el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano.

El nene se mostró a gusto durante su participación en el acto. Izó la bandera, descubrió la placa donde figuraba el nombre de su abuelo y hasta se permitió alguna que otra sonrisa.

Los que estábamos allí en ese momento, entendimos que la presencia de Félix debía significar mucho más que un niño en un acto patrio. Su presencia en la plaza nos obligaba a nosotros, los adultos, a pensar en otro futuro para las nuevas generaciones: Un futuro sin guerras, donde el diálogo prevalezca –siempre- ante cualquier otra alternativa.

Se lo debemos a quienes son hoy niños, a nuestros hijos y a los que vendrán: Enseñarles que un mundo en paz es posible y que depende de todos nosotros. Por Félix y por tantos chiquitos que se merecen un futuro distinto.

Fabricio Bovier