Nació en Entre Ríos hace 47 años. Se llama María Paola Mazza, y hoy vive en Buenos Aires. Tuvo padres adoptivos (ya fallecidos) que siempre le dijeron que ella era adoptada. Pero jamás logró conocer quiénes eran sus padres biológicos. Hasta hace un tiempo.
Paola comenzó su búsqueda en el año 2.000. Fue cuando decidió viajar desde Buenos Aires a Paraná. Sabía que su origen era entrerriano, pero no tenía otro conocimiento más que datos sueltos.
La mujer nació el mes de junio de 1.970 a las 14:20 horas en el Hospital San Martin, de Paraná, pero había muy poca documentación al respecto.
«En mi caso, nunca habían solicitado el Certificado de Nacimiento, por lo que yo realicé trámites en el año 2.000 para poder conocer a través de la documentación quiénes habían intervenido en el parto cuando yo nací», explicó Paola a NuevaZona hace un tiempo.
«En el Hospital San Martín, unas personas le dieron el dato de una enfermera que posiblemente había intervenido en el parto. «Fue así como llegué al domicilio particular de esa mujer y ella me brindó algunos datos, entre ellos, que mi mamá podía ser de Viale o de Seguí».
«De esa forma, comencé a contactarme con gente de esas dos localidades. En Seguí, en el año 2.000, pude hablar cara a cara con la mujer que supuestamente era mi madre. Me negó todo; me dijo que ella jamás había tenido hijos. Y me volví con las manos vacías en esa oportunidad», contó.
No bajó los brazos
Pasaron los años y a mediados de 2014, Paola recomenzó su búsqueda en nuestra provincia. La información y su intuición la llevaron nuevamente a Seguí. Allí pudo encontrarse con mujeres ancianas que son tías de quien sería su mamá. «Me contaron la historia, me dieron nombres y me mostraron fotos. A ellas les cerraba el caso», relata.
«Yo tengo certeza que mi mamá es de Seguí. Pero como me negó dos veces (en el año 2.000 y en 2014), me quedo con la familia que encontré».
Tiempo después, María Paola pudo dar con su papá biológico en la ciudad de Rafaela. Al principio fue un poco reacio, pero el correr de los días pudo lograr una mejor relación.
Agradecida con la vida
«Le agradezco a Dios todos los días la posibilidad que me dio de tener los padres que tuve. Yo no tengo rencores ni enojos, sino que respeto la decisión de cada uno. Yo no soy quien para juzgar. De eso se encargará Dios. A mí no me cambió la vida. Al contrario, ahora valoro más mis afectos. Yo quise saber la verdad y lamento mucho si molestó al principio, pero yo tenía todo el derecho de saberla. No busqué dinero ni apellido, ya que no lo necesito. Yo buscaba la verdad y si esa verdad pudo ser dura, siempre será mejor que una hermosa mentira»