El evento influirá en el clima de la Argentina hasta pasado el primer trimestre de 2016. Pronostican lluvias muy intensas en el litoral y en la región pampeana para diciembre. El gobernador Sergio Urribarri reunió a su equipo de Gobierno, Hidráulica, Vialidad y Policía, a Prefectura y el Instituto Nacional del Agua para coordinar acciones y obras de prevención.
«Nuestra prioridad es salvaguardar a las personas. Y con ese objetivo comenzamos a avanzar en una estrategia de prevención. Que el trabajo le gane al tiempo. No queremos generar pánico, sino actuar con las responsabilidad y la seriedad que corresponde frente a este tipo de pronósticos», dijo el mandatario.

«Durante estos últimos años hemos avanzado en obras de defensa e infraestructura vial, y relocalización de familias ubicadas en zonas inundables, que nos dan una ventaja comparativa si tenemos en cuenta situaciones pasadas. Lo fundamental es estar alertas, permanentemente informados sobre los pronósticos en el corto y mediano plazo, y actuar en consecuencia junto a las autoridades locales y nacionales», explicó Urribarri.

Habrá dos instancias, una primera de mitad de primavera para adelante en la que se estima que el río Uruguay tendría una crecida significativa, con fenómenos de corto plazo como una lluvia o un evento intenso sobre el Gualeguay, o una sudestada importante ya que octubre es una época propicia para ello. Se presentan distintos escenarios en la primavera. Y, más adelante, febrero, marzo o abril del 2016, el río Paraná con un caudal significativo, simultáneamente con algunos fenómenos a corto plazo y sucesivos pulsos de crecida del Uruguay en el otoño próximo.

Bien parados

En tanto, el responsable de los pronósticos hidrológicos del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús, precisó que, “al estar la situación del clima global tan definida hacia un evento fuerte, quedan pocas dudas al respecto. Las dudas que persisten son cómo será la distribución de lluvias en nuestra región, cuándo, cómo y cuánto».

«Más allá de eso, nos estamos preparando para dicha situación y nos encuentra bien parados porque desde la Nación hemos avanzado mucho en el análisis de estos eventos y especialmente con la provincia de Entre Ríos venimos trabajando muy fuerte desde hace mucho tiempo. Y el panorama que se presenta es alentador respecto al panorama que se presenta respecto a estar preparados para una emergencia”.

“Esto amerita trabajar codo a codo, como lo estamos haciendo, y esta reunión de trabajo es un fiel reflejo de eso”, afirmó Borús.

Finalmente, el director de Hidráulica de la provincia, Cristian Giet, manifestó que “este es un ejemplo del uso claro de la ciencia y la tecnología que nos dan para anticiparnos a lo que podría ser un problema grave”.

En ese sentido “celebro que se haya podido organizar estas tareas de prevención y de esa manera alertar y minimizar los daños que pudiera haber en el futuro inmediato”.

Desde la provincia, a través de la Dirección de Hidráulica “es una provincia complicada por el tema del agua, tiene 7.700 cursos de agua en todo su territorio, y en todos ellos va a haber alguna influencia por este fenómeno de “El Niño”, así que estamos pendientes a todo lo que concierne a la previsión y en hacer caso a la única voz, que es el organismo autorizado a este tipo de advertencia, el Instituto Nacional del Agua”.

En la reunión estuvieron presentes el ministro de Gobierno, Adán Bahl; la secretaria de Obras y Servicios Públicos de la provincia, Alicia Feltes; El jefe de la Policía, Héctor Massuh; el titular de Vialidad provincial, Jorge Rodríguez y representantes de la Prefectura Naval Argentina; del centro Regional Litoral del INA; de la Facultad de Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral; y las intendentas de Paranacito, Carmen Toller y de Diamante, Claudia Gieco.

Informe

De acuerdo a un informe elaborado por la Dirección de Hidráulica, en el mes de julio ha comenzado a desarrollarse una instancia del conocido como fenómeno de “El Niño”. Este consiste en una serie de alteraciones de la atmósfera que repercuten en los patrones lluviosos de vastas regiones de América Latina. Estas alteraciones son provocadas por el cambio de la temperatura media de la superficie del mar en las partes central y oriental del Océano Pacífico Central Ecuatorial, en las adyacencias a las costas de Centroamérica y Sudamérica.

El mecanismo atmosférico desencadena un fenómeno húmedo (“Niño”) con cualquier aumento de temperatura y un fenómeno seco (“Niña”) cuando ocurren disminuciones de la temperatura. Dependiendo de cuanto sea la anomalía, tanto por encima o por debajo de los valores normales, será la variación en los patrones de precipitación que se producirán en amplias zonas del continente americano.

Según las estimaciones de más de la mitad de los modelos atmosféricos que distintos Organismos Científicos publican, existen probabilidades de que las temperaturas aumenten en 2 o más grados por encima de lo normal. Si esto ocurriera, se estaría ante uno de los episodios más fuertes de este fenómeno desde 1950, junto con los registrados en los periodos 1972/1973, 1982/1983 y 1997/1998. Hasta el momento, el consenso de los pronosticadores indicaría la presencia de un “Niño” fuerte que se iría intensificando hacia fin de año y que persistiría hasta el otoño de 2016.

En Entre Ríos los problemas que podría desencadenar este episodio serían:

Crecidas de los Ríos Paraná y Uruguay y sus afluentes por lluvias en la alta cuenca brasilera, paraguaya y argentina; crecidas de los cursos de agua interiores más importantes: Río Gualeguay, Río Gualeguaychú, Arroyo Feliciano, Arroyo Nogoyá, Arroyo Las Conchas, Arroyo Clé, Arroyo Las Tunas, Arroyo Tala, Arroyo Villaguay, etc.; crecida de los cursos de agua interiores menores por lluvias locales; mayores excedentes hídricos en lluvias normales por condiciones de humedad antecedente alta en las cuencas; repuntes de agua por sudestadas que provocarían mayores problemas que los habituales en el sur de la Provincia al persistir aguas altas; valores hidrométricos altos que se mantendrían por periodos considerables; anegamiento de campos por recurrencia de episodios lluviosos; aislamiento de poblaciones