El viejo edificio del Museo de la Ciudad de Viale (actualmente cerrado al público) fue conocido antiguamente como el «Chalet de Croce», construido en 1920 por Aurelio Blas Croce.
El hombre era contador de la firma Moisés Perelstein primero, y posteriormente de Tropini Hermanos.
Croce ganó el premio mayor de la Lotería de Montevideo, y con esa importante suma de dinero, decidió concretar su sueño de ver construido un palacio como los de su Francia natal. Así lo hizo y el resultado fue un edificio imponente y totalmente ajeno a las sencillas viviendas que había en el pequeño pueblo que comenzaba a surgir.
Sin embargo, nunca logró concluir la obra ni tampoco pudo habitarla. Cuentan que llevaba una vida de lujos y muy pronto acabó su fortuna. Fue así que terminó su vida pobre, viviendo en las caballerizas del fondo de los galpones de Tropini.
La imponente propiedad pasó luego a manos de otra familia, hasta que posteriormente el edificio quedó en manos del Municipio de Viale.
A principios de la década de 1.950, el palacio de Croce dio lugar al Instituto Secundario Viale, que luego se llamaría Escuela Normal Superior. Miles de niños, adolescentes y jóvenes pasaron por sus pasillos y recorrieron sus aulas.
Fue así hasta el año 2.000, cuando la entidad educativa se mudó a casa nueva. Al año siguiente, el Municipio inauguró en el lugar el Museo de la Ciudad.
Testigo de nuestro pasado y presente
El edificio del Museo reúne características dignas de una película: Fue una mansión que construyó un hombre que se hizo rico de un día para otro y que nunca pudo habitar. Que murió pobre. Un palacio que posee altillo, salas de amplísimas dimensiones, sótano, escalera caracol y balcón. Fue Escuela, oficina pública y hoy Museo (momentáneamente cerrado al público por cuestiones edilicias).
Ese palacio (hoy silencioso) reúne infinidad de historias entre sus paredes. Sobre todo, haber sido testigo central de buena parte de la historia de nuestro pueblo.
(FB)
Foto: Andy Abir Alan