Se cumplieron 60 años de la colocación de la piedra fundacional en la obra más importante en la región mesopotámica: el Túnel Subfluvial “Uranga – Sylvestre Begnis”. La vialense Ofelia Mercedes Voltolini de Caudis, que se desempeñó en la administración durante la obra, cuenta en primera persona lo que significó ser parte del mayor desafío ingenieril en la historia de la provincia, que hasta ese entonces, había permanecido aislada

Doña Ofelia Mercedes Voltolini de Caudis lo cuenta con tanta precisión, que uno puede volver a revivir esa magnífica obra como si estuviese allí. Escuchar hasta los mínimos detalles de cómo se forjó su construcción, hacen que uno prácticamente pueda ver andamios, obreros e inmensas máquinas en plena tarea.
Y de eso se trata la historia: recordar hasta el mínimo detalle cómo fue, cómo se hizo y qué significó la obra del túnel para dos provincias tan juntas y a la vez tan separadas por un caudaloso río. Hasta ese momento.
El 2 de mayo se cumplieron 60 años de la colocación de la piedra fundacional en la obra de conectividad más importante en la región mesopotámica: el Túnel Subfluvial “Uranga – Sylvestre Begnis” que une Paraná con Santa Fe y que constituyó un hito en la historia de la provincia, que hasta ese entonces, había permanecido aislada.
Ofelia nació en el campo y siendo adolescente se fue a vivir a Paraná. A los 26 años ingresó a trabajar en la obra del túnel, donde se desempeñó en el área administrativa. En una época donde la palabra “computadora” era una rareza, todo se llevaba a mano, birome y papel. Primero trabajó en Contaduría; luego en Compras y Licitaciones. “Nosotros hacíamos licitaciones de todo lo que se importaba. Hacíamos cotejo de precios y luego se analizaban las distintas ofertas que provenían de Holanda, Alemania y Suiza”, cuenta Ofelia.
“Se importaban muchísimas cosas, ya que los alemanes no le tenían demasiada confianza a la industria argentina. Sin embargo, había algunas cosas nacionales que ellos aceptaban ya que las consideraban de buena calidad; pero eran las menos”, señala.
Todo se llevaba en planillas, donde se inventariaba todo lo que había y se controlaba el stock. Cada tuerca o herramienta que ingresaba a la obra, se inventariaba en fichas hasta que ese material era dado de baja mediante un comprobante.
“No había computadoras, todo se llevaba a mano. Sin embargo, el último año que trabajé allí llegó una computadora de gran tamaño. Era parecida a una que la empresa José María trajo a su oficina de Viale”, recuerda.

Sensaciones
Cuando se inauguró, la gente no podía creer estar pasando bajo del río. Al principio de la obra, nadie podía entender cómo iba a transitar en auto bajo del agua. “Fue impresionante ver a la gente los primeros días; no salían de su asombro”.
“El día que se inauguró el túnel, todos festejaban y saltaban de alegría. Fue hermoso haber vivido ese momento”, cuenta Doña Ofelia.
“Hasta el día de hoy, cuando viajo a Santa Fe, siento un gran orgullo cuando paso por el túnel. Es como una parte de mí”, destaca.

Porqué se eligió construir un túnel y no un puente
Después de varias décadas de idas y vueltas y de proyectos de puentes abortados, en 1.955 el gobierno de Entre Ríos tomó la iniciativa de realizar un anteproyecto de un Túnel. Al año siguiente el Ministerio de Obras Públicas de la Nación llamó a licitación internacional para la confección del proyecto y construcción de un Túnel Subfluvial; pero las propuestas resultaron inaceptables.
Un año después, se declaró la obra de Interés Nacional y el 2 de mayo se colocó la piedra fundamental constituyéndose ese mismo año la Comisión Interprovincial Pro Túnel Paraná-Santa Fe.
Los gobernadores Carlos Sylvestre Begnis y Raúl Lucio Uranga, de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos respectivamente; fueron los encargados de sellar el pacto de construir la mayor obra ingenieril de la región.
Según relata la crónica oficial del organismo, “se eligió un túnel porque tiene una vida casi ilimitada, frente a un puente en donde la fatiga del material hace que los costos de mantenimientos sean grandes y a la vez la vida útil es más reducida. Además el puente lleva pilares o columnas que obstaculizan la navegación, frente al túnel que no molesta para nada, (recordemos que el túnel se construye debajo del lecho del río). Finalmente los impuestos al gobierno nacional son menores que los estipulados para las obras sobre la superficie terrestre, pues pertenece a Jurisdicción Nacional”.
Es así como el 15 de Junio de 1960 se firma el tratado interprovincial que dispone la construcción del Túnel, estableciéndose que los gastos que demandare la construcción del mismo fueran atendidos en partes iguales por ambos gobiernos. El mismo se llamaría Hernandarias en honor Hernando Arias de Saavedra, el primer gobernador criollo de Santa Fe.

Una obra que marcó un antes y un después

El 13 de diciembre de 1969 se inauguró el Túnel, lo que provoco que los santafesinos y entrerrianos nos sintiéramos orgullosos de ser partícipes de esta magnífica obra. Que no solo significaría la unión de las dos provincias sino también canalizar el progreso, la historia y la cultura.
“El Túnel no sólo iba a solucionar la comunicación entre las provincias de Entre Ríos y Santa Fe sino que también implicaba progreso, era el eslabón que faltaba para establecer el comercio, el transporte, y la vida social. El viaducto hizo que en la actualidad las dos provincias intercambien diariamente miles y miles de ciudadanos que trabajan, estudian, hacen sus compras, etc., con su ciudad vecina”, señala la página oficial del ente interprovincial.
Hoy el Túnel Subfluvial ya que es un nexo dentro del corredor bioceánico entre las rutas del Mercosur en el que transitan en promedio 11.490 vehículos por día.

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