No fue un viernes más. Fue un viernes donde cientos de los nuestros (chicos, jóvenes y adultos) se acercaron al ferrocarril de Viale.
Se acercaron con un claro propósito: decir presente; decir «aquí estamos» cuando alguien nos necesita.
El salón del Ferro se vio totalmente colmado y la cantina trabajó toda la noche.
Hoy, dos chiquitos llamados Vito y Rocco (junto a sus papis) sintieron la fuerza y la energía que produce eso que llamamos solidaridad.
