Hace alrededor de tres meses, desde este mismo medio escribimos en una columna de opinión nuestro punto de vista sobre el retiro de la vía pública de vehículos estacionados durante un plazo demasiado prolongado de tiempo. Allí criticábamos algunos aspectos de la iniciativa, que todavía no había sido puesta en marcha. No entendíamos, básicamente, de qué manera se haría la selección y qué tipo de vehículos serían llevados por la grúa municipal.
Pasadas las primeras semanas de la iniciativa, hemos podido comprobar que los vehículos que han sido removidos, en su mayoría, son chatarras abandonadas en la vía pública que se encontraban así desde hace meses (incluso, algunos desde hace ya varios años).
Además, luego de su implementación, varios talleres y dueños particulares “limpiaron por propia iniciativa” sus frentes. Es decir, trasladaron a sus terrenos privados los autos destruidos o partes de lo que alguna vez fue un vehículo y que se encontraban en la vereda o directamente en la calle.
Según hemos podido conocer, varios dueños ya habían sido notificados por el Municipio para que retiren sus chatarras. Para ser más precisos, se notificó a 128 personas en total. La mayoría se había negado a hacerlo en un principio, hasta que la grúa entró en acción. Ni bien fueron removidos de la vía pública algunos vehículos abandonados, varios propietarios de autos dejados a la buena de Dios tomaron la iniciativa por su cuenta y también actuaron en consecuencia. El resultado: En tan solo unos días varias veredas y lugares públicos amanecieron “limpitos”.
El problema de los autos abandonados era un reclamo constante por parte de los vecinos. Es que tener un coche destruido frente a nuestras narices las 24 horas, era algo difícil de soportar. Y ese reclamo llegaba a diario a oídos de los funcionarios. Por eso, un día decidieron actuar. Y pese a que mal les cayó a algunos, el tema generó de inmediato buena aceptación por parte de quienes debían convivir con chatarra en las veredas o en el césped de los frentes.
Ni bien fueron removidos algunos autos por parte del Municipio, otros dueños no quisieron convertirse en los próximos casos. Así, y por propia iniciativa, retiraron ellos solitos de la vía pública los rezagos de vehículos.
Una iniciativa similar ocurrió en María Grande hace algunos meses. Y el resultado fue exactamente el mismo. Ni bien la grúa municipal comenzó a llevarse los primeros autos abandonados, los demás dueños de chatarra depositada en lugares no habilitados procedieron de inmediato a limpiar sus frentes.
Muchas veces somos hijos del rigor. Nos hacemos los duros y decidimos buscar lo playito sólo cuando nos vemos con el agua al cuello. Una particularidad que nos encanta a los argentinos y que aquí, otra vez quedó demostrado. FB