Recibimos en la redacción de NuevaZona un comunicado de la Mesa Néstor Kirchner, donde se expresan sobre los incendios intencionales en las islas del Paraná.
“Desde la Mesa Néstor Kirchner comunicamos nuestro repudio al ecocidio efectuado en el Delta del Paraná. La quema intencional de pastizales en los campos entrerrianos y rosarinos es una más de las practicas contaminantes de un sistema productivo extractivista que arrasa con todo a su paso. Estas quemas dirigidas a preparar el suelo- generar rebrote- para la ganadería, así como para ampliar las fronteras agrícolas, forman parte de un conjunto de prácticas perjudiciales, violaciones a derechos fundamentales que suceden en nuestra provincia, y se suman a la pésima situación laboral de los peones rurales, la desmedida utilización de agrotoxicos consecuencias de la contaminación del ambiente y la salud de los entrerrianos y entrerrianas.
Estos abusos y violaciones a derechos básicos, realizadas por terratenientes que hacen caso omiso a las legislaciones penales, civiles o administrativas, en pos de su voraz fin económico, muchas veces se salen de control y terminan en un daño ambiental de magnitudes inimaginables.
El Delta arde aun, y en ese contexto circula en el ambiente político el reciente proyecto presentado por el oficialismo ante la Cámara de Senadores, referido al “uso sustentable” de los humedales.
Creemos que un tema de tamaña magnitud, debe gestarse con la debida legitimidad y responsabilidad, contando con participación ciudadana, herramienta rectora de nuestra legislación ambiental y de la propia república.
Nuestra provincia luce orgullosa su nombre, Entre Ríos, evidenciando el gran número de humedales y tierras anegadizas donde la agricultura extensiva no es posible por sus difíciles accesos. Hoy, a los pocos lugares donde la soja transgénica no llego, llega el fuego ganadero desmedido – como en otros años- arrasando a su paso con ambiente y vida.
La provincia cuenta con un millón de hectáreas de humedales de vital importancia para los poblados linderos por sus beneficios en materia de control de crecidas e inundaciones, protección de tormentas, recargas de acuíferos, retención de sedimentos y agentes contaminantes, servicios ambientales transcendentales para la salud de los ríos y su entorno.
Asimismo, en la coyuntura nacional, carecemos de ley de prepuestos mínimos de humedales, por lo tanto, una ley provincial debe ser lo suficientemente protectora y no discrecional – cuya reglamentación sea mínima- mucho menos deje en manos del Ministerio de Producción sus definiciones, para evitar así el ingreso de emprendimientos y/o actividades, cuyo impacto negativo perjudiquen irreversible y fatalmente nuestro suelo amado y la vida de nuestros compatriotas.
Y en este punto, no podemos olvidar los principios pro aqua y pro vida, sostenidos por la Corte Suprema de la Nación, en un fallo producto de una lucha ambiental relacionada a un emprendimiento avasallante situado sobre un humedal. Estos principios consagraron la importancia del agua y la vida para nuestro país.
En el plano de la política ambienta nacional, nos es grato destacar y acompañar la congruente intervención impulsada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible encabezado por Juan Cabandie, quien ha asumido el tema activamente, reconociendo la intencionalidad de la problemática, declarando la emergencia ambiental en el área critica del Delta, y constituyéndose como querellante ante el fuero federal en la investigación pertinente.
La pandemia mundial padecida y las miles de vidas perdidas deben dejarnos un fuerte mensaje: el sistema productivo actual y la falta de garantía de protección ambiental sin justicia social ni equidad intergeneracional, que tutele las generaciones futuras, NO PUEDE CONTINUAR.
Como militantes políticos entrerrianos, creemos indispensable contar con una regulación de humedales que sostenga nuestra identidad ribereña y costera, que en medio de la recesión producto de la emergencia sanitaria no incurra en actividades dañosas e incompatibles con un desarrollo sostenible, digno y soberano.
