Aprendió el oficio de un peón de campo que trenzaba arreadores como verdadero especialista. Paulo siempre lo miraba de cerca. Hasta que un día se largó solo y comenzó a hacerlos por cuenta propia. Aquel día sería el minuto cero de una larga, larguísima, trayectoria en la artesanía.
Trayectoria que lo catapultó a las esferas más importantes de la provincia primero, y a nivel país después.
Paulo Marcial Romero, de él se trata esta historia, comenzó a desempeñarse como artesano en 1.970, por lo que este año se cumplen cincuenta años de trabajo ininterrumpidos en una tarea silenciosa y no demasiado reconocida como lo es la artesanía en cuero crudo, a través del tejido en lesna.
En sus inicios realizaba miniaturas tipo llaveros de lazos y boleadoras. Así fue abriéndose paso en ámbitos culturales y exposiciones.
Pero como su trabajo era (y es) un verdadero arte, más temprano que tarde, Paulo comenzó a ser reconocido en toda la provincia y luego fuera de nuestra geografía entrerriana.
En varias oportunidades, el gobierno provincial lo envió –junto a otro artesano- como representante a diversos encuentros y ferias que se realizaban en distintos puntos del país.
A lo largo de todos estos años, ha recibido casi 110 diplomas y pergaminos, en reconocimiento a su labor, a su nobel tarea.
Un lugar que lo marcó de lleno y que lo hizo ampliamente reconocido fue la Fiesta de la Artesanía de Colón, donde ha participado durante 39 años seguidos.
Pero no sólo Colón. También está la Rural de Palermo, donde se presenta religiosamente desde 1.985 a esta parte.
También aparece Diamante en su extenso historial. Es que en la Fiesta Nacional de Jineteada y Folclore (donde comenzó al principio como el responsable de tocar la campana), lleva ya 49 años de labor. Por ello, la comisión organizadora le entregará –la próxima edición- un merecido reconocimiento por sus cincuenta años de presencia en Diamante.
Distinciones
Romero ha recibido a lo largo de estas cinco décadas numerosas distinciones. Pero hay tres que significaron un antes y un después en su tarea. Repasemos: En 1.984 fue elegido en la Fiesta de la Artesanía de Colón como el “mejor artesano entrerriano”.
Unos años después, en 1.995, durante la misma Fiesta colonense, ganó la “Rueca de Plata”.
Pero sería el mes de noviembre de 2018, cuando el vialense recibiría la mayor distinción de toda su trayectoria. Fue cuando un cuchillo con cabo de tientos de su autoría recibió el sello de excelencia por parte de la UNESCO, en el marco del World Craft Council para productos artesanales del Cono sur.
De perfil bajo, Paulo Romero sigue generando cosas, creando, haciendo arte. Un arte que es admiración en toda muestra donde lleva sus artesanías.
Reconocido aquí y en el país, el vialense ni piensa bajar los brazos. Al contrario, ya proyecta y sigue elaborando por estos días, lo que serán sus obras próximas a presentar en diversas muestras provinciales y nacionales.
(FB)



