Si bien comenzó hace muy poquito tiempo (casi nada, en realidad), Sady Grinóvero ya comienza a convertirse en un verdadero especialista en la materia.
Fue el 31 de julio último, cuando tomó dos retazos de hierro, otro pedacito de caño y se puso a crear. Al cabo de unas horas, ya había logrado la miniatura de un gatito, que luego regaló a su nieta. Esa sería su primera obra de arte-chatarra.
A partir de allí, Sady ideó, proyectó y finalmente confeccionó numerosos diseños que luego fue regalando a amigos y conocidos. Un día lo vio a Chano María y esa misma tarde le fabricó un hombre asando con todos los detalles. Luego le obsequió a Fabi D’Agostino la miniatura de un panadero horneando. A Santiago Rinaldi le construyó un locutor en plena Expo-Viale. Y la lista sigue…
Grinóvero utiliza únicamente material de descarte para sus obras. “Los elementos que uso son bujías, retazos de hierro, bulones, tuercas, bolilleros, cadenas, alambres y chapas”, explica.
“Me sucede algo especial con cada obra que confecciono: me encariño mucho”, cuenta el hombre. Y claro, ello sucede porque él (mejor que nadie) sabe de las ganas, el esfuerzo y la pasión que le pone a las cosas.
Si bien por el momento no tiene pensado realizar obras artísticas para vender, quizás en alguna oportunidad exhiba su producción en la plaza.
Sería una gran actitud y una buena noticia: Compartir con la gente (con nuestra gente) su arte-chatarra.