Pese a sus 83 años, don Aurelio Manuel Bolzán no descansa. Una mesa de su casa así lo confirma. Sobre ese mueble hay numerosos repuestos, piezas metálicas y herramientas. Es que Bolzán tiene un sueño y está decidido a cumplirlo: Desde hace varios meses, el hombre reacondiciona un auto Mercedes TYP 170 diésel.

«Es uno de los pocos coches de este modelo que hay en nuestro país. Es que Perón, en 1.953, sacó un decreto, donde estipulaba que por 365 días no se podía importar ningún auto sedan extranjero. Únicamente, podían importarse vehículos utilitarios como camiones o ambulancias», explica.

Esta joyita de la mecánica fue el primer vehículo tipo sedan al que se le incorporó un motor diésel. Hasta ese momento, todos eran nafteros.

El auto que popularizó el diésel

El sitio especializado en mecánica y autos «8.000 vueltas», explica que terminada la Segunda Guerra Mundial, «la verdadera popularización del automóvil diésel vino por parte del Mercedes 170 D, presentado en mayo de 1949 y a la venta en diferentes versiones hasta septiembre de 1955, siempre y exclusivamente en carrocería tipo sedán de cuatro puertas o furgoneta de dos».

Dicho medio cuenta que la prensa española definía así al Mercedes 170 D en 1949 «un coche que reúne una economía de explotación que casi raya en lo increíble, juntamente con un excelente rendimiento, seguridad y comodidad de marcha». Añade la prensa de entonces que el arranque es posible sin problemas (lo que no excluye un tiempo de precalentamiento de casi un minuto) aun en los fríos más intensos, gracias a sus bujías de incandescencia y a su equipo eléctrico de 12 v. El 170 D alcanzaba los 100 km/h en llano y que su suspensión de cuatro ruedas independientes le confería unas elevadas medias aun en terrenos accidentados. Se destacaba por entonces, además, que el 170 D carecía de grandes diferencias de funcionamiento respecto a un motor de gasolina, dado el buen equilibrado de su motor montado sobre tacos de goma. Se subrayaba, finalmente, la cualidad que le confería su buen rendimiento en ciudad y también en carretera».

Orgullo personal

Bolzán compró el coche con seis años de uso. Lo adquirió a una empresa europea que había llegado a la Argentina a trabajar en una obra de la provincia de Buenos Aires. La firma lo había comprado cero kilómetro en 1.953 y Bolzán lo adquirió cerca de 1.960.

«Nunca pero nunca me dejó a pata este auto. El coche tiene un millón de kilómetros. La mitad se los hizo la empresa y la otra mitad, yo. Si bien hace 32 años que dejé de usarlo, mi sueño es  ponerlo en marcha nuevamente. El vehículo está totalmente original, y por eso estoy trabajando para verlo andar otra vez».