El ex intendente de Viale, Estelio Urchueguía dio su punto de vista en relación a las últimas elecciones del domingo.

En un comunicado que tituló “Esclavitud política” el ex jefe comunal sostuvo:

Esclavitud política. Este es el título de mi comentario en el día de la fecha, a 48 horas de finalizado el acto electoral del día 22 de octubre de 2017; este título no es producto de mi imaginación o situación analítica luego de lo acontecido el domingo último, si no que, surge de la más estricta realidad, debido a que fui testigo de lo que paso a narrar.

Ante mi vista compruebo que, trabajadores, changarines municipales, reconocidos afiliados justicialistas, operaban en la militancia del partido oficial, llamado Cambiemos, Pro, como quiera se lo llame, alguno de ellos me expresaron que lo hacían sometidos, obligados, bajo amenaza y aprietes, de lo contrario el día lunes 23 se quedaban sin la changa, es decir sin ese trabajo que les permite escasamente llevar un plato de comida a la mesa fliar.

Considero entonces la razón de este título, hemos escuchado hasta el hartazgo en los últimos tiempos el término corrupción, que lamentablemente no es menos cierto, la corrupción tiene varias aristas y categorías, una de ellas a modo de ejemplo es la compra de voluntad cívica popular, ”tu voto a cambio de una suma dineraria”, que permite alimentación por un corto lapso de tiempo, parafraciando el viejo axioma que dice, “pan para hoy, hambre para mañana”, aprovechándose de la necesidad de las personas y familias más vulnerables que estas nefastas políticas generan todos los días.

Cambiemos a producido tantos cambios que ha cambiado ideología por dinero, considero entonces que la formula de los triunfos oficialistas no es tan compleja, es más bien simple, aunque no menos denigrante: producir tarifasos, quitarle remedios a los jubilados, mínimos aumentos en los sueldos, aumentos desconsiderados de pasajes para los jóvenes que ya no puedan viajar en aras de obtener su educación, etc, etc. Así consiguen un parcial electorado absolutamente sumiso, temeroso pero también triste, que se somete a la voluntad de los poderosos; el resultado de lo aquí expresado es conseguir un obrero que ya no le alcanza para dar de comer a su familia, jubilados padeciendo en el ocaso de sus vida, jóvenes sin educación ni formación alguna, solo dispuestos para la changa.

Recordemos, que los pueblos sin cultura y educación son presas fáciles de los factores dominantes de este mundo, convirtiéndolos en esclavos políticos, que por míseros pesos, apoyan su propia destrucción.

Como reflexión, se me ocurre opinar que, este tipo de corrupción ha superado con amplitud la dignidad del hombre, denigrándolo a su máxima expresión.